La iglesia de la Santa Croce contenía demasiadas referencias como para perdérmela. Tras almorzar creímos que había tiempo hasta las cinco, hora en la que podríamos entrar en la Galería de los Uffizi. Florencia era una cola monumental…
Obsérvense los nombres de los enterrados…
En la Galería de los Uffizi descubrí algunos cuadros preciosos, entre los que la mirada de Venus destacaba…
Al final, caminamos hasta el coche, que se encontraba en un aparcamiento carísimo y lejano, y lo cierto es que no me importaba alejarme de Florencia, a pesar de que me siguió pareciendo una ciudad sorprendente a la que algún día deberé volver…
4 comentarios:
Gracias por compartir, ilustrar, documentar y narrar tu viaje. Qué pasada!!!! Me anoto todo y queda pendiente "volver" porque de alguna manera nos has acercado a la Toscana, nos has llevado en algún rinconcito de tu mochila.
Me encantan las fotos, como siempre.
Gracias, un besito, Barbas.
Requetemuá!!!!!!
A su servicio, señora mía...
Sir John, supongo que eres conciente que has colocado en este post la joya más joya de todas la joyas de la arquitectura, esto es la Capella Pazzi, este agosto la he contemplado de nuevo y me he rendido una vez más en su atrio.
salud
Francesc Cornadó
Entre otras muchas ignorancias, llevo a gala, amigo Francesc, no tener ni la más mínima idea de Arquitectura. No obstante, guiándome por la intuición y aún no aplastado demasiado por el ruido agosteño, esta capilla se me apareció precisamente como una joyita engastada en un conjunto ya de por sí apasionante. El cielo del pórtico me dejó sin aliento, y en algún sitio leí que era debido a un tal Brunelleschi, que fue un tipo muy listo en esto de poner ladrillo sobre ladrillo. Ahora mismo, en cuanto acabe este mensaje, voy a levantarme para comprobar un pálpito que acabo de tener: Grombrich, en su Historia del arte, ya me habló de esta capilla hace tres añitos escasos, pero como tengo esta memoria perezosa que tengo... Un abrazo.
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