viernes, 19 de octubre de 2007

Cinco antiguos poemas

A María

Marinero


En el puerto la puerta,
y bajo la nube la nave,
es por mor de la mar,
tormento de tormenta,
y las alas de las olas
rozando velas y los velos
de ella allá, rezando
a los ojos de los hijos.



Niño con un cubo por sombrero

Liviano, dúctil, mínimo,
ínfimo infinito, secreto,
loco atemporal, duende,
perdido amante del suelo.

Máscara descubierta,
alud sutil de luz, vida,
ingenio mayor que el sueño,
futuro por los rincones.



Soneto del querer

Quiero estar redondo, sucinto, adolescente,
ovillado en el albedrío de tu alma,
replegado intacto sobre tu oscuro vientre,
abatido a caricias, olvidando mis llamas.

Quiero estar libre de ruidos y de condenas,
de hachazos del día restallando inquietantes,
fundirme a tu carne de limón con canela,
quedarme dormido en el umbral que ya sabes.

Quiero que me sobre noche, que me despierte
la luna llena iluminando temblorosa
la extensa cama, la sed avara de verte.

Quiero morirme y resucitar en tu boca,
quiero sumergirme en la paz del latir leve
de tu corazón rojo sangre y amapola.



Bagatela del despertar

Noche de voces perennes,
nube de azúcar la cama,
tres lunares sobre el pecho
y una mano que resbala.

Tus imantadas caderas
jugando a ser almohada,
aquel roce inesperado,
este roce que buscaba.

Y el ajardinado lecho
no se duerme, porque estalla
cuando la quietud nos lleva
hasta el inicio del alba.



Leyenda de las dos piedras

El río verde de Sevilla
está esperando dos piedras,
figuras de corazones,
una blanca y otra negra,
para llevar en su cauce
la alegría y la tristeza,
para lucir en su seno
la señal de una leyenda
que nació en la mar salada,
que imitó a la luna llena.
Una blanca y otra negra,
cuatro brazos en dos ansias
y una misma noche abierta.
Una negra y otra blanca,
y arrojarlas con la pena
desde el puente de Triana
en un saquito de tela.
Una negra y otra blanca,
una noche y otra estrella.
Dos piedras como dos sinos,
la señal de una leyenda.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

no es ninguna bagatela... yo estoy esperando esa noche que no llega desde hace meses, incluso años. No desespero, quiero ver surgir el sol por encima de sus caderas...
En eso si merece la pena tener fe...

(me encanto bom dia tristeza. Es que lo he leido hace poco... Lo he difundido sin tu permiso, porque ya es mio, lo siento...)
gracias por compartirlos...

Sir John More dijo...

Querido San, está bien no desesperar, pero si me permites apuntar algo que podría parecer un consejo, te diré que buscar ese despertar casi espanta su llegada. O por decirlo mejor, no hay que buscarlo fuera de ti, sino dentro, y el sol tendrá así más probabilidades de elevarse por encima de sus caderas.

En cuanto a Bom día tristeza, como cuanto hay por aquí, claro, puedes usarlo como gustes, y mucho más esa canción que es de la amiga Bethania y no mía.

Abrazos.

Luis López dijo...

Gracias por compartir esos antiguos poemas. Saludos y buena suerte.

amart dijo...

¿Sabes, Sir? No soy un gran conocedor de la poesía moderna. Quizá sólo algo intuitivo para determinar lo que "llega" y lo que no. En cualquier caso es algo muy subjetivo.
Por eso, al leer estos poemas, me traslado a aquella poesía de los Machado, del primer Lorca, del viejo romancero. Y redescubro con mucho agrado aquella preciosa musiquilla marcada por los octosílabos de ritmo cuidado. Y también el reencuentro con la rima, (¿por qué tan olvidada?), asonantes, consonantes... y me viene el genio de Miguel Hernández.
Gracias, Sir, y enhorabuena.

Lula Fortune dijo...

Estar abatido a caricias...cómo me gusta ese soneto!. Besos poéticos.

Tawaki dijo...

Me gustan todos, especialmente el primero por el juego de palabras, y el último por las imágenes de Sevilla.

Un abrazo,

Sir John More dijo...

Gracias a todos por haber transitado por estos poemas. Me imagino a mí mismo, hace veinte o veinticinco años, escribiéndolos, y sin imaginar ni por un instante que unos lectores (escritores -sin título perturbador) tan especiales algún día podrían disfrutar de ellos. Abrazos y besos para todos.