sábado, 21 de junio de 2008

Deconstruyendo a Dios

8 comentarios:

Francisco Sianes dijo...

"Sin Bach, la teología carecería de objeto, la Creación sería ficticia, la nada perentoria. Si alguien debe todo a Bach es sin duda Dios".

Eso pensaba nuestro común amigo.

Anónimo dijo...

La voz como instrumento. Y nunca mejor dicho. La que construye y deconstruye.

Beso.

Sir John More dijo...

Efectivamente, Don Francisco, y también dijo que "Bach es un decadente en sentido celestial. Sólo así se explica la solemne descomposición que no puedes evitar siempre que te encuentras con el mundo que él creó". Incluso oyéndolo en boca de estos entrañables payasos. Bendita decadencia...

Tan importante, Respi, la una como la otra, aunque la segunda tenga tan mala prensa... Besos deconstructivos.

Anónimo dijo...

Si cabe alguna prueba de la -por otra parte aburrida- teoría de la existencia de otros mundos, esa prueba se llama Johann Sebastian Bach. Dios es de este mundo. Bach es de un mundo por entero desconocido.
Besos reverentes.

Sir John More dijo...

Y además, querida Ana, con una puntualización importante, que también nos apuntaba Cioran cuando nos decía que lo insólito no es un principio fundamental, porque Paganini era mucho más sorprendente e imprevisible que Bach, y sin embargo ahí tenemos al maestro, construyendo con materiales cotidianos la obra musical más grandiosa que jamás se compuso. Toda una lección para esos artistas que viven de la idiotez de la pura originalidad. Besos sabor Leipzig.

leo dijo...

Qué gusto dejarse sorprender...
Sir, ¿de dónde sacas estas cositas?
(¿Y los besos sabor Leipzig??? jeje ;)

elita dijo...

¡Ya echaba de menos leerte, Sir John!

Sir John More dijo...

Querida Leo, sorprenderte sí que es un gusto. Y ya sabes, el año Bach (en el que, por cierto, anduve por aquellos lugares suyos sin mucha conciencia de dónde estaba), un gran concierto, noticias, una amiga que me habla de él, se busca y se encuentra uno con cosas como éstas... El concierto entero es absolutamente espeluznante. Te lo recomiendo. Y Leipzig... bueno, el rastro del Maestro por todos sitios... También te lo recomiendo, aunque ahora no esté muy de moda lo alemán... ;-)

Ay, Elita, tus ojos son los que se echan de menos... Besos.