En Busdongo, un pueblecito de paso que se encuentra en las últimas alturas antes de bajar desde el Puerto de Pajares hacia León, en la misma carretera se encuentra el restaurante hospedaje Villa-María. Bueno, por su ambiente y precios diríase que es una casa de comidas, pero su calidad supera a la de muchos restaurantes bastante más caros. Doña Chelo lleva muchísimos años sirviendo las mesas, y aunque las veces anteriores que la visitamos fueron a principios de los noventa, hace un par de años paramos allí y la Señora se acordaba de mis pelos y de mis barbas. La vez anterior estuvimos alojados en una casita en San Miguel del Río, una aldea hundida en el valle que presta altura al propio Puerto, y tuvimos la suerte de comer allí varias veces.
La comida de Villa-María es generosa (como casi en todo el norte), casera, deliciosa y barata. No hay lujos en el comedor, porque todo el lujo se concentra en las fabes, los potes variados, las calderetas, las carnes, el paté de cabracho… Y en el trato elegante de Doña Chelo. Nadie debería pasar sin parar en este lugar tan acogedor…
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