Son de Mar, sus estanterías repletas de alma, la música y el silencio, Viviana y Gelu, sueños y ventanas...
Somiedo y la profundidad del mundo...
Gijón posando en la soledad irrepetible de una tarde de plata vieja, con viento y lluvia, la mar asombrosa en su brío, convirtiéndome en un espectador con suerte y tan agradecido...
Tengo tanto que decir de Asturias...
1 comentario:
¡Qué preciosas fotos! Asturias es precioso, me quedé prendada de ello; me gustaría volver. Espero que estés disfrutando tanto como te mereces.
Y cuidado con la sidra, la última vez que me sobrepasé, ¡acabé con un brazo roto! :P
Un cálido abrazo.
Publicar un comentario