miércoles, 11 de marzo de 2015

De cómo estropear la ópera

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Tomemos al caso una ópera. Una ópera moderna. Su música vuela consistente por el teatro, a ratos soberbia. La orquesta carbura la mar de bien, con nervio, con personalidad, rotunda. El coro trina muy lindo, a la altura de la orquesta. Y vaya si el montaje es original, y sorprendente, con un juego atractivo de imágenes grabadas e inesperados volúmenes. El elenco da la talla, y con la leve salvedad de algún pequeñísimo problema de expresión gestual en algunos de los solistas, todo da sensación de profesionalidad, de elegancia y saber estar.

operadoctoratomicCon todo, no han pasado veinte minutos cuando doy varias cabezadas, y en algunos pasajes lucho a brazo partido con el sueño, sin importar mucho si en el escenario hay escándalo o sosiego. Hay instantes en los que con la modorra se alía la pesadilla: sueño que la ópera no va a acabar nunca, y me asaltan unos deseos intensos de salir del teatro e irme a casa a dormir. Sí, lo admito, estaba cansado, pero que me ahorquen si cabeceaba por cansancio. Lo que me empujaba en brazos de Morfeo no era la fatiga del día, sino el maldito libreto.

Anoche acudí al ensayo general de Doctor Atomic, una ópera de John Adams estrenada en octubre de 2005, y que se representa por primera vez en España. La Sinfónica de Sevilla y el Coro del Maestranza se portaron mejor que bien, y eso con una obra técnicamente complicada. Las tonadas de John hongoAdams, aun siendo modernas, no rompen radicalmente con los grandes del pasado, sino que los asumen y los ponen a trabajar en el vientre de sus inventos. Ya digo, todo habría sido perfecto si no hubiera estado allí aquel maldito libreto. Yo había oído que la ópera versaba sobre la primera prueba de la bomba atómica en Los Alamos, y sobre el ambientillo creado entre los genios que la pergeñaron, pero juro por lo más sagrado que ayer no me enteré de nada. Sí, por allí pululaban un militar muy cabrón, algunos científicos pesarosos, un cargante meteorólogo, la pobre mujer de uno de los científicos, rodeados de una hueste de personajes terribles que representaban, o eso parecía, los fantasmas del terror y la culpabilidad; salían muchas víctimas, muertos, hasta zombis… Pero que me queme en el infierno si me enteré de algo.

El libreto, firmado por un fiera llamado Peter Sellars, fue una de las obras más ridículas con las que me he cruzado en mi vida. Fue grotesco, casi siempre risible, y ni siquiera llegaba a la condición de extravagante, porque la extravagancia exige un poco de sustancia y dignidad. De hecho, no creo petersellars3que el tal Sellars, siendo quien es, ignore los altísimos niveles de necedad de su obra, por lo que concluí que este tipo debe ser un grandísimo caradura. En el libreto, al parecer, echa mano de documentos oficiales del gobierno de Estados Unidos, cartas de los personajes reales, poemas de autores reconocidos y hasta del Bhagavad Gita. El pastiche acaba siendo infumable. Además, si algún pero hay que ponerle musicalmente a la ópera son los nada infrecuentes pasajes en los que el libreto adquiere todo el protagonismo, recitativos estúpidos en los que la música se ciñe a los adoquines literarios, pastando sin brillo en la majadería de un fraseo presuntuoso y memo. Ni siquiera cuando el libreto acoge poemas o pasajes del Bhagavad Gita la cosa adquiere el más mínimo sentido.

Aunque escriba con alegría en este cuaderno, no dejo de ser un grandísimo ignorante, y por eso he abierto la Wikipedia para ver quién es este buen hombre. Y me encuentro con un currículum que tira de espaldas. Reconocido y premiadísimo director de teatro y cine, Sellars ha versionado a grandes compositores, a los que ha mezclado para confeccionar emplastos que, sin convencer a la peña, le granjearon un nombre entre los artistas modernos. No sólo ha colaborado con John Adams, también lo ha hecho, entre otros, con el mismo Ligeti. Pero claro, no todo el mundo ve todo el tiempo al emperador vestido con sus mejores galas. Dicen en la entrada wikipédica que el bueno de Sellars no ha sido ajeno a la controversia, y que desde muchas instancias se le ha criticado por haberse olvidado de la intención de los autores con los que trabaja. El propio Ligeti acabó bastante cabreado con el doctor-atomictrabajito que le hizo Sellars en la producción de Le grand macabre, y en representación de los aficionados a la ópera clásica, la añorada Elisabeth Schwarzkopf, una magnífica soprano alemana que nos dejó hace unos años, dijo de él en una entrevista a Newsweek en 1990:

“Hay nombres que no quiero que se mencionen en mi casa. No pronuncies ese nombre en mi presencia. He visto lo que él hace, y es criminal. Como solía decir mi marido, hasta ahora nadie se ha atrevido a ir al Museo del Louvre a pintar un graffiti sobre la Mona Lisa, pero algunos directores de ópera están haciendo un graffiti sobre obras maestras”.

Bueno, todos sabemos que hoy hay grafiteros geniales, pero después de soportar lo de ayer, yo sé muy bien a qué se refiere la Schwarzkopf.

Aquí podemos consultar el libreto completo, reproduzco un par de escenas, para que se hagan una idea de la calamidad. No se pierdan la segunda, en la que el cargante meteorólogo está a punto de asumir la responsabilidad del clima norteamericano. Aunque lo peor no fueron estas escenas flagrantemente idiotas, sino cómo encadenó el artista textos en sí mismo valiosos para componer una historia incomprensible, gansa y botarate.

CORO
Envolvemos el núcleo del plutonio
desde 32 puntos equidistantes
de su superficie.
Los 32 puntos
son el centro
de las 20 caras triangulares
de un icosaedro,
entretejidos
con las 12 caras pentagonales
de un dodecaedro.
Apretamos la esfera
acercando los átomos,
hasta que la masa subcrítica
se convierte en crítica.
Así perturbaremos la estabilidad del núcleo.

OPPIE (Oppenhaimer, científico)
Hay que tener cuidado
con los detonadores defectuosos.
Un detonador que falle
o que detone una millonésima de segundo
antes o después y…

TELLER (científico)
Arruinaría la simetría
de las entrañas del artefacto nuclear...

OPPIE
No hay nada que argüir
sobre el núcleo de plutonio...

TELLER
… y todo fallaría.

OPPIE
Será una bola sólida.
Eso te lo debemos a ti, Edward.
Comenzaremos la reacción
con un iniciador modulado.

TELLER
Permítame disculparme por mi grosería,
pero detesto las reuniones.

(…)

GROVES (militar)
¿Qué diablos ocurre con el tiempo?

OPPIE
El tiempo es caprichoso.

HUBBARD (meteorólogo)
Los truenos comenzaron
sobre las 4 de la mañana.

GROVES
Relámpagos...
¿Y si dan en la torre
y detonan la bomba?

OPPIE
Probablemente la lluvia arruinará
las conexiones eléctricas.

HUBBARD
General, los meteorólogos
se han opuesto a esta prueba durante meses.
Se programó para un momento
lleno de condiciones desfavorables:
truenos, lluvia,
vientos fuertes, capas de inversión…
Usted nos ha ignorado, señor.

GROVES
¿Es esto una insubordinación?

HUBBARD
Y ahora estamos aquí
con las peores condiciones posibles.
Hay una tormenta eléctrica
amenazando no sólo la prueba,
sino también la vida de los que la preparan.

GROVES
Superfortalezas volantes estadounidenses
están lanzando bombas incendiarias
sobre cuatro ciudades japonesas.
Nuestros B-29 están destrozando
la mitad de cada ciudad japonesa que atacan.
El Presidente de los Estados Unidos
va a hablar con Stalin por la mañana, en Potsdam.
¡La prueba seguirá como está programada,
con las condiciones climáticas que haya,
o pasará el resto de su vida  entre rejas,
don meteorólogo!

HUBBARD
Se acercan nubes de tormenta...
Por la "Chupadera Mesa" y las
"Oscuras".

GROVES
Le pido una predicción concreta:
¿cuándo pasará la tormenta?

OPPIE
(recita frases del Bhagavad Gita)
Yo soy el calor del sol
y también el del fuego,
la vida eterna y la muerte.
Dejo caer la lluvia o la retengo.
Arjuna, soy el universo revelado
y la maldad que esconde.

HUBBARD
La volatilidad de la estación
hace imposible tal predicción.

GROVES
¿Se niega a pronosticar
buen tiempo para la prueba?

HUBBARD
Recomiendo que pospongamos la decisión
hasta el próximo parte meteorológico,
sobre las 02:00.

GROVES
Hubbard, quiero una hora concreta.

HUBBARD
Está bien,
le propongo posponer la prueba
hasta las 05.30,
cuando la tormenta eléctrica
sea disipada por los primeros rayos de sol.

GROVES
Exijo un pronóstico firmado.
Y le advierto
que si se equivoca, lo colgaré.

HUBBARD
Firmaré el informe, señor.

OPPIE
Si la posponemos, nunca conseguiré
que mi gente lo vuelva a hacer.
He oído que Fermi
entró corriendo en el comedor
pidiendo una aplazamiento.
Un cambio drástico del viento
podría inundar el campamento
de lluvia radiactiva tras la explosión.
Las rutas de evacuación no son las adecuadas
y podría ocurrir una catástrofe.

GROVES
Si tengo que comprometer la discreción
enviando una fuerza de evacuación
a los pueblos cercanos,
nuestro secreto se vendrá abajo.
La noticia de la prueba
terminará en la portada
de los periódicos de mañana.
Hasta ahora, la prensa ha ejercido
una censura voluntaria.

NOLAN (médico)
Con todo el respeto, señor,
cualquier persona que tenga dos ojos
podría haber encontrado Los Álamos
siguiendo al camión de latas de cerveza
que viene desde Santa Fe.
Pero desde que llegó el primer gramo de plutonio,
la división médica ha estado estudiando
las propiedades tóxicas
de ese metal mortífero.
Su metabolismo es similar al del radio.
Una cantidad mínima en el cuerpo humano
destruye los tejidos vitales,
desintegra los riñones
y provoca un cáncer óseo mortal.
Señor, aún no se ha encontrado cura
a la agonía provocada
por una sobreexposición
a la radiación.

OPPIE
Sensaciones de calor y frío,
de placer y de dolor,
nos produce el contacto
con el mundo de los sentidos.
Todas ellas llegan y se van;
son transitorias, debes aceptarlas.

GROVES
¿Qué?

OPPIE
Yo decía...
¡Cuidado con las serpientes de cascabel!

GROVES
Me preocupan muchas cosas,
pero la lluvia radiactiva
no está entre mis prioridades.
¿Me está diciendo que tenemos
que estar preparados para evacuar
Trinity?
¿Que traiga tropas y camiones
para evacuar a todos,
si algo saliera mal?

NOLAN
Podría ocurrir, señor.

GROVES
¿Es usted un propagandista de Hearst?

OPPIE
Un espíritu sereno acepta el placer y el dolor
con una mente estable
manteniéndose imperturbable.
Sólo Él, es merecedor de la inmortalidad.

NOLAN
Tengo que desdoblarme.
Como psicólogo del campamento
mantengo un contacto frecuente
con un equipo de psiquiatras de Oak Ridge.
Algunos de los científicos jóvenes
están hablando insistentemente
del fracaso y de un posible desastre.
Sus miedos amenazan
con infectar al resto del campamento.
Hace dos horas,
un joven científico se puso histérico
y tuvieron que proceder a su sedación.

GROVES
Hay un nerviosismo en el campamento
que no me gusta.
En estos momentos es esencial
deliberar con calma.
Oppenheimer recibe consejos,
a diestro y siniestro,
sobre lo que debe hacer.
Lo que hay que hacer
en esta situación tan tensa,
es transmitir la mayor tranquilidad posible.
El mayor problema es la meteorología.
Tenemos a los mejores meteorólogos
que el ejército pueda tener.
Sus predicciones siempre
han sido exactas.
La única vez que se han equivocado
ha sido ahora…
en el día más importante.
¡Échenlos de aquí!...
De ahora en adelante,
yo haré mis propias predicciones
sobre el clima.

1 comentario:

capolanda dijo...

Me suena que el propio Oppenheimer se puso lírico por causa de las pruebas de la bomba atómica, diciendo más adelante "Ahora me he vuelto la Muerte, el destructor de mundos". En efecto, esa cita procede del Bhagavad Gita. Así que sacarlo a colación no es mérito de Sellars.

http://en.wikipedia.org/wiki/J._Robert_Oppenheimer#cite_note-quote-8

Mira, mañana intentaré leer eso, porque debo reconocer que con el isocaedro y el dodecaedro ya he empezado a notar un olorcillo a cuerno quemado.