SEURAT, La voie ferrée – La nourrice
La noche es el presente, y el día el futuro que vendrá cuando muramos. La noche es intensamente real, pero el día con su fulgor y sus verdades quiere apropiarse de todo, y se revuelve ante el peligro de ser contaminado con nuestras fábulas nocturnas. Somos nosotros en cuanto anochece, pero el día con sus relojes nos convence, poco después del amanecer, de que en los sueños nos extraviamos, que en la noche nuestros rasgos no están definidos, que se emborronan con los aromas y con los rumores de la sombra, que no son catalogables nuestras figuras, que nuestra piel mezcla sus colores con los de farolas y candiles, y entonces nosotros nos rendimos al sol, y recordamos la noche como un reino perdido, como una ciudad fantasmal, como el destilado de nuestras flaquezas. La noche, el azogue donde nos encontramos sin aviso con nosotros mismos…
11 comentarios:
Me gusta tu texto. También ocurre a veces que la noche se apropia del día...
Un beso
Sí, Elvira, creo que un sosegado equilibrio, o mejor, una alegre connivencia entre el día y la noche sería lo más productivo... Un beso.
Probando, probando....1,2,3
Lo conseguí!
Qué bonito don Juan!
Hace ya dos semanas que de encontrarme tanto conmigo misma en la noche no duermo y tengo unas ojeras..... que pá qué. No estaría mal pasar hoy una noche como la de la peli.
Besitos mi niño
Perfecto, perfecto. Prueba superada... :-)
¡Pero entonces tendrías muchas más ojeras! Bueno, serían unas ojeras la mar de felices, eso sí...
Besitos. Te mereces muchas noches de ésas...
Saludos nocturnos por el día.-)))
Hay de todo, incluso años de cuatro inviernos.
Lo que es dificil de conseguir es un año de cuatro primaveras.
Eso es dificil.
Perdona, Sir, que me desvíe del tema, el cual dejo a los poetas que sois sin saberlo, pero es que esa via férrea me atrapa en su infinitud, en su desolación. Pocos magos del carbón como Seurat para expresar lo que se nos escapa entre las luces y las sombras. También Urgell sabía de esto. A veces lo he intentado, por eso pinto y dibujo tan poco...
Sí, Luis, a veces uno cree haberse infectado de la noche tanto que incluso de día uno tiene anochecidos el alma y los gustos. Un abrazo.
Uy, Luna, creo que no aguantaría un año de cuatro primaveras. Me daría una alferecía, seguro... Ahora disfruto de las gotitas que caen contadas en Sevilla. Besos estacionales.
Bueno, Sean, me pasa algo parecido con la literatura, pero siempre me digo lo mismo. No hace falta escribir una obra maestra para disfrutar escribiendo, así que te animo a pintar. Si esa obra maestra está ahí, seguro que ésa es la única forma de hacerla salir, disfrutar. Veré a Urgell, que no lo conozco. Un abrazo.
que lindo!!;-)
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