lunes, 10 de septiembre de 2007

De Auvers a los escaparates

Mi amigo Amart ya me lo anunció en Vincent. Los últimos paisajes. Yo visité el Thyssen este último sábado. La baronesa había vendido demasiadas entradas y aquello hervía de gente. Ante cada cuadro nunca faltaba un mínimo de cuatro o cinco personas, y así no se miran cuadros. No obstante, creo que disfruté de ellos, y luego me divertí con Richard Estes. Fue como pasar de un baño de agua helada a uno de agua caliente, como cerrar los ojos en Auvers y abrirlos entre escaparates con sus miles de reflejos. Dos mundos diferentes, uno pleno de fuerza y emoción, otro de juegos y elegancia.

Estes juega; con suma maestría, pero sólo juega. No se derrama, sólo pinta. Se divierte y así entretiene. A pesar de ello, su fotorrealismo agrada porque su pintura no es un simple mecanismo para fotografiar la realidad: cuadros que a tres metros parecen fotografías exactas, a veinte centímetros muestran pinceladas maestras, un desorden que con la distancia se vuelve exactitud. Al fin y al cabo, como profundo ignorante de la técnica pictórica y de la pintura en general, con él me hice la misma pregunta que cuando veía un cuadro de Van Gogh: ¿cómo se le habrá ocurrido que estas tres pinceladas desquiciadas puedan ser un árbol? Y lo son. Estes pinta una sola e irregular línea blanca sobre otra gris, y con una mínima distancia la cosa se convierte en una perfecta barandilla de metal que refleja mil objetos. Incluso aunque fueran fotos reales, los cuadros de Estes serían dignos de visita.



Van Gogh, sin embargo, no pinta, golpea el lienzo con los pinceles, embadurnaba superficies con brochazos temerarios, imprudentes, y el ardor es el barniz de todos sus cuadros. Hasta el paisaje más cotidiano adquiere en sus manos la violencia del acontecimiento, la dureza de nuestras verdades últimas. Cualquier atardecer, cualquier calleja, cualquier jardín se enciende con una luz que también vibra en los ojos de este loco fascinante. Fuerza es la palabra que resuena en la sala, por encima aún del bullicio de los visitantes, fuerza eterna que se cuela por nuestras pupilas y pasa a nuestra sangre alegrándola con su tristeza. Y entonces podemos imaginar esa búsqueda sin esperanza, ese deseo demasiado intenso para la vida que se obstina en la mediocridad y la costumbre. Cada cuadro de Van Gogh es un festival de dolor, un carnaval de furioso desencanto, el resultado de arrancarle a la realidad el alma que oculta tras los relojes.

5 comentarios:

amart dijo...

Amigo Sir John, dices no entender de pintura, y yo añado que maldita la falta que te hace. Pero te engañas, nos engañamos. Entender de pintura, de arte en general, está siempre mucho más cerca de las vísceras que de las licenciaturas, porque realmente no es cuestión de entender, sino más bien de aprehender aquello que se ofrece como obra de arte, hacerlo tuyo, alejarlo del influjo de la razón... y ver qué pasa.
Me alegro mucho de que hayas disfrutado. Un abrazo.

Sir John More dijo...

Cumplido que me hace enrojecer, viniendo de un pintor. Gracias por tus justas razones, y seguiremos disfrutando cuanto se pueda de la pintura. Si vieras las ganas que me entraron de aprender a pintar... Pero no tanto viendo los cuadros de Van Gogh (cuadros extraterrestres) sino los dos o tres de Pisarro, esos amables paisajes que yo sí he sabido contemplar alguna que otra vez. Creo que necesitaría varias vidas para hacer parte de lo que querría... Un abrazo.

amart dijo...

Vamos a ver, Sir, cómo es posible que me impaciente yo más que tú. Haz el favor de comprar carmín, azul, amarillo y blanco; cuatro pinceles baratos, un par de lienzos de los chinos... ¡y ponte a pintar! Date la oportunidad de hacerlo, y luego, si quieres, aprendes. Con tíos como tú, eso funciona así. Más abrazos.

Anónimo dijo...

Yo no entiendo de pintura pero disfruté con ambas exposiciones. Si acaso me parecieron un poco caras. ¿Estaremos subvencionando futuras compras de la baronesa con tanta subida de precios?
No obstante doy por bien empleado el dinero, que no se entienda lo contrario.
Para los interesados en el realismo http://www.castello120.com es la dirección de una galería de Madrid. El iraní Iman Maleki también tiene cuadros interesantes.

Sir John, me encanta tu blog.

Sir John More dijo...

Muy interesante esa página, y los cuadros del iraní también. Tienen muy buena pinta, aunque todos estos cuadros realistas (bueno, como casi todos los cuadros) habría que verlos a tamaño original. Por cierto, la mayoría, si no todos los cuadros de Estes eran propiedad de la Baronesa. La verdad es que esta mujer es un partidito... Me alegra mucho que te gusten estas cosas mías, más que orgullo o vanidad (que también) tus halagos me provocan bienestar. Gracias por ellos y por tu blog. Un abrazo.