sábado, 15 de septiembre de 2007

Maximalismo

Aunque la podéis ver en esta página, os describo la viñeta que Máximo publica hoy en El País: hay una línea desganada que simula unas dunas, y tras la cual aparece algo que se diría el mar, eso sí, sin una mínima perspectiva, sin siquiera esas líneas infantiles que aparentasen olitas o sardinas saltando sobre la superficie… Es decir, en el colmo del multisignificado este mar y esta duna también podrían ser un precipicio y un desierto oscuro, o unas montañas apáticas y una tormenta en el horizonte. Al fin y al cabo, lo esencial de la viñeta no reside ahí, porque igual podría haber pintado de fondo una calle del centro de San Sebastián, o un jardín, o un edificio cuadrado y minimalista de esos que tanto nos regala. Porque lo esencial es la aparición de un niño, con una metralleta en la mano, mientras mete la otra en el bolsillo del pantaloncito. El niño luce una capucha y, ¡oh, sorpresa! (y aquí viene lo mejor de la viñeta), el muchachito pronuncia las siguientes palabras: “Cuando sea mayor quiero ser terrorista”. Las sombras que proyecta el niño hacia delante le dan el toque último y maestro a la viñeta, algo así como el uso de los blancos en Sorolla. Por supuesto, el dibujante llama nuestra atención sobre el mundo del terrorismo, sobre la educación en el País Vasco, sobre un tema complejo con infinitas derivaciones políticas, sociales y personales, y así, con esta basura de dibujo, consigue despertar nuestro interés en un asunto sobre el que nadie antes había reparado: ése, el del terrorismo. Gracias, Máximo, tu genialidad, además de inconmensurable, pasará a la historia como una de las más misteriosas de todos los tiempos.

4 comentarios:

amart dijo...

Nunca me ha gustado Máximo. Nunca. Se conoce que el humor inteligente (?) que despliega, no está al alcance de mortales vulgares como yo. Ah, que no es humor, que es denuncia (?), vaya por Dios, pues tampoco lo pillo. Acabáramos, es arte (!).
Un abrazo, Sir.

amart dijo...

Ah, Sir, se me olvidaba lo más importante. La recreación del dibujo, bárbara.

Anónimo dijo...

Máximo con el que no siempre estoy de acuerdo me parece sublime en su disección de la realidad, pero yo en su lugar y viendo tu dibujo me echaría a temblar.

C.C.Buxter dijo...

A mí tampoco suele entusiasmarme demasiado Máximo (básicamente, porque la mayoría de las veces no pillo lo que quiere decir, claro...), pero ésta sí es una gran viñeta. Me ha recordado, salvando las distancias, el anuncio antidroga en el que salían niños pequeños y una voz en off decía que iban a ser drogadictos de mayores.