La oí por primera vez un día inesperado de hace casi veinte años. Andábamos María y yo recién aterrizados en Las Hurdes, y hablaba con un reciente amigo sobre música, y concretamente sobre jazz. Entonces yo paladeaba el Spanish Heart de Chick Corea, o la voz de tigresa de Ella Fitzgerald, las cuchipandas divertidas y sentimentales de Cannonball
Adderley, o ese disco donde algún bendito había reunido temas del mismo Corea, de McCoy Tyner, de Keith Jarrett y de Herbie Hancock, un disco que no me cansaba de escuchar. Mi amigo me habló de sus discos de importanción, y entre ellos me la nombró para que por primera vez yo oyese su nombre: Billie Holiday. Me prestó el vinilo como quien presta a un hijo, y yo hice honor a su celo y lo traté con manos de algodón. La voz de luna gastada de Billie me cautivó desde la primera estrofa.
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Sin embargo, perdidos como estábamos en aquel paraíso hurdano, muy lejos de una buena tienda de música y por otros motivos varios, no me hice devoto de esa voz hasta que un par de años después mi hermana me regaló, sin ella conocerla realmente y sin tener noticia de mis gustos, un disco con una grabación impecable de algunos de los mejores temas de este ser mágico. Era The Silver Collection,
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Al cabo de los años, oí que Embraceable You se había convertido en la banda sonora de una de las historias de amor más hermosas que nunca ocurrieron...
4 comentarios:
Compruebo con admiración que no se te resisten ni la técnica ni tampoco, y eso es lo más grato, la mejor manera de contar las cosas, la que pasa por el recuerdo sentido y las palabras justas que lo evocan.
Ya me dirás...
Un fuerte abrazo.
Muy bueno. Billie, el texto, todo. Es una de esas voces que se adhieren a la vida, también a la mía. Anteayer, con lluvia, escuchaba Stormy Weather. Qué vida, la suya.
También compré ese disco en esa época, casualidades.
Sí, queridos amigos, si esa tristeza plena, esa tristeza rebosante de rincones y empapada de deseos y desilusiones debiera tener una voz, ninguna sería mejor que la de Billie.
Y bueno, Diarios, sigo investigando cómo subir un sonido propio al cuaderno. En cuanto lo sepa, serás el primero en saberlo. Nuestra solidaridad machacará a nuestra ignorancia...
Azófar, luego de escuchar Stormy Weather uno podría corregir a mis amigos de Echolyn, cuando dicen en uno de sus temas: There's no lies worth believing (no hay mentiras en las que merezca la pena creer), y proponer esta otra: There's no truth worth believing (no hay verdad en la que merezca la pena creer). Billie y una buena tarde tormentosa... Uf...
Gracias, Neves, por tu visita. Me alegra pensar que por ese tiempo, desde no muy lejos, alguien navegaba como yo en esa música tan carnal. Y que ahora, al cabo de tantos años, me encuentro a ese alguien por aquí, en este lugar... Siéntete en tu casa.
Abrazos.
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