Después de la visita fugaz a Monticiano, nos dirigimos de nuevo a la Abbazia di San Galgano. La luz es muy diferente a la de la tarde del día de la ópera. El sol aprieta, pero el lugar sigue luciendo increíble…
Desde la Abadía se observa, en una colina contigua, la Capilla de Montesiepi, donde San Galgano dicen que, en el siglo XII, clavó su espada para disponer de una cruz a la que rezar y como símbolo de su transformación de guerrero en hombre de paz.
Desde San Galgano se puede observar el pueblo de Chiusdino, plantado con elegancia en el horizonte. Como decía, nadie nos había hablado especialmente de Chiusdino, pero pudimos comprobar que era uno de los pueblos más hermosos de la zona, y donde uno podía pasear sin las molestias de las hordas turísticas…
El paisaje que se contemplaba desde el pueblo no era menos hermoso que sus calles…
A la hora de almorzar, descubrimos por casualidad, porque está tímidamente anunciada, la Osteria Grotta di Tiburzi, un local adorable que atienden con amabilidad cuatro mujeres. Comemos entre estantes de libros primorosamente desordenados, y arropados por una música acogedora. Disfrutamos de buenos platos y un buen vino de la casa, de postres exquisitos y de un inolvidable café. La Ostería se publicita con una frase de Horacio: “Non possono piacere a lungo né vivere i versi scritti da bevitori d’acqua”, que entiendo más por intuición que por mi pobre italiano.
La sobremesa, que con la comida italiana nunca es pesada, la pasamos vagabundeando por las callejas estrechas de Chiusdino.
Para acabar el día, como si nos dejásemos atrapar por un gran imán de belleza, volvemos a Siena. Hacemos algunas compras, regalos, y en el camino al aparcamiento de Fontebranda, al sur de la ciudad, captamos algunas imágenes más de esta ciudad de ensueño…
3 comentarios:
Siempre dan envidia unas vacaciones en la Toscana, y estas no son na axcepción. Un abrazo, AM.
Quería decir "estas no son una excepción". Un saludo, AM
Me alegro, Andrés, que te guste el producto de nuestro viaje. En los viajes, por la envidia se empieza, se sigue creyendo en que es posible, preparándolo y haciendo el viaje por uno mismo. Aunque es cierto, después de estos días lindos allí, cualquiera que haga un viaje a la zona me dará una envidia tremenda. Un abrazo.
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