Sabes que eso está hecho, Sara, en cuanto tú quieras... vale, y puedas. Un besazo.
Ay, Raquel, pues después del año de lluvias que hemos tenido, no te puedes imaginar cómo estaba todo aquello... Parecía Irlanda, Escocia, pero en gaditano, claro... Un beso.
¡Cuánto amo esa tierra nuestra! La del viento frío de la torre del Homenaje, la de las aguas frías del recién nacido Guadalete, las del Bocaleones allá abajo, en las entrañas extrañas de la "Ermita", la de la mancha oscura del pinsapar a lo lejos... ¡Cuánto vivido me traes!
Es curioso, Sean, porque llevo varios días acordándome de todos los antepasados de la primavera, y es que tengo una alergia en lo alto que me tiene fuera de juego. Me dicen que aún mejor que la lluvia, que sólo retrasaría un poco la floración, es la calor extrema lo que viene bien, que quema las flores y acaba con el problema. Y aquí me tienes, deseando que todos esos paisajes verdes y hermosos acaben amarillos y secos, por el bien de mi respiración... Ay, qué vida esta...
¡Cuánto lo siento, Sir! Un fastidio inmenso lo tuyo. Yo también padezco del tema. Sin ser nada grave lo mío, rinitis por mor del olivo, no he tenido más remedio este año que echar mano de las pastillitas, la cosa viene fuerte. El polen solo debería existir pa fumárselo las abejas malas... Recuerdo las sádicas putadas que les gastábamos a Don Emilio F. Galiano (q.e.p.d.), catedrático de botánica de la hispalense, por ironías de la biología omnialérgico el buen señor. En nuestras salidas recolectoras para el herbario por los pinares de Aznalcázar, presidiendo la comitiva iban algunos desalmados pegándoles patadas a los florecientes pinos. Lluvia polínea inmediata sobre el grupo, ya te puedes imaginar...
8 comentarios:
Vaya! Me lo perdí! Espero que algún día me lleves a mí.
Que no soy anónima, es que voy como las motos! jejej
Me fascina toda esa parte de Cádiz.
Sabes que eso está hecho, Sara, en cuanto tú quieras... vale, y puedas. Un besazo.
Ay, Raquel, pues después del año de lluvias que hemos tenido, no te puedes imaginar cómo estaba todo aquello... Parecía Irlanda, Escocia, pero en gaditano, claro... Un beso.
¡Cuánto amo esa tierra nuestra! La del viento frío de la torre del Homenaje, la de las aguas frías del recién nacido Guadalete, las del Bocaleones allá abajo, en las entrañas extrañas de la "Ermita", la de la mancha oscura del pinsapar a lo lejos... ¡Cuánto vivido me traes!
Es curioso, Sean, porque llevo varios días acordándome de todos los antepasados de la primavera, y es que tengo una alergia en lo alto que me tiene fuera de juego. Me dicen que aún mejor que la lluvia, que sólo retrasaría un poco la floración, es la calor extrema lo que viene bien, que quema las flores y acaba con el problema. Y aquí me tienes, deseando que todos esos paisajes verdes y hermosos acaben amarillos y secos, por el bien de mi respiración... Ay, qué vida esta...
¡Cuánto lo siento, Sir! Un fastidio inmenso lo tuyo. Yo también padezco del tema. Sin ser nada grave lo mío, rinitis por mor del olivo, no he tenido más remedio este año que echar mano de las pastillitas, la cosa viene fuerte. El polen solo debería existir pa fumárselo las abejas malas... Recuerdo las sádicas putadas que les gastábamos a Don Emilio F. Galiano (q.e.p.d.), catedrático de botánica de la hispalense, por ironías de la biología omnialérgico el buen señor. En nuestras salidas recolectoras para el herbario por los pinares de Aznalcázar, presidiendo la comitiva iban algunos desalmados pegándoles patadas a los florecientes pinos. Lluvia polínea inmediata sobre el grupo, ya te puedes imaginar...
¡Qué pedazo de suspenso general hubiese yo decretado entre estornudo y estornudo! :-)
Publicar un comentario