viernes, 20 de marzo de 2009

Sueños: Reconocerse

[Texto basado en un sueño auténtico de Nhaar y en su propio relato]

Suerte que ayer tomé algunos apuntes, porque si no a saber dónde andaría a estas alturas el sueño, quizá perdido en los recovecos interminables de mi memoria...

Le cuento: estoy en una fiesta, en un bar, no sé, en un local lleno de gente, y en eso aparece un chico que conoce a alguno de los que me acompañan. Nos saluda y a continuación llega más gente, acompañantes del recién llegado, y usted entre ellos.

Debe ser verano porque llevo un vestido muy corto y escotado, y recuerdo ahora este punto porque en el sueño siento mucha vergüenza; no suelo ir así a trabajar, y usted nunca me ha visto fuera del trabajo. Una debe cuidar su reputación, y en el sueño temo perderla por la pura casualidad de verle allí…

El sueño - Picasso El caso es que el chico empieza a presentar a unos y otros, y usted como si nada. Quiero decir que va y me saluda como a cualquiera de los demás, ¡como si no me conociese de nada! Al principio imagino que bromea, o que simplemente disimula. Quizá piensa que vengo acompañada... tal vez. Me divierte su actitud, pero al mismo tiempo me extraña: yo ¡una desconocida para usted! Increíble…

Y como usted lo quiere así, así ocurre; le sigo el juego, y también yo me hago la nueva, a ver... Parece divertido. El caso es que se sienta allí conmigo, y entre miradita y miradita al escote charlamos animadamente de esto y lo otro, y, conociéndolo como lo conozco, lo sé encandilado conmigo, con todo lo que digo. Ay, su cara alucinada... Y yo pasándomelo pipa, deslumbrándolo con mis comentarios y mi frescura.

En otra escena del sueño, uno de nuestros amigos comunes me confirma que usted anda emocionado conmigo, que dice usted no haberse topado nunca con una mujer con la que tiene tanto en común, una mujer que parece conocerlo desde siempre... ¡Y yo sin atreverme a contarle lo bien que lo conozco! No puedo estar segura de que me crea si se lo cuento, entre otras cosas porque ni yo misma puedo dar crédito a lo que está pasando, y porque usted bien podría pensar que todo es un montaje y yo una farsante.

No sé muy bien en qué momento me convenzo de que no disimula, de que realmente no me conoce de nada. Sí, un sueño simpático, y el lujo de una noche sin relojes engarzada en mi sueño…

2 comentarios:

Belén dijo...

Pues eso es que no lo conoce, porque con vestido escotado a algunos se les va el alma!

jajajajaj

Besicos

Sir John More dijo...

He discutido con la propia Nhaar el posible significado de tu comentario, querida Belén, y aunque no quiero creerlo, sólo hay una explicación: por un lado dices una verdad, y es que un hombre raramente deja de revelarse ante un escote bien dispuesto. A la vez me llamas, como me apunta Nhaar, pendón verbenero... Y... Joé, hasta en los sueños me descubren...

Besos verbeneros.
JM