Sí, sí, pido perdón porque pretendía poner la radio de forma que sólo sonase si alguien quería y pulsaba el botón de play, pero al final lo dejé así sin querer. Querida Ale, sólo hay que parar la radio y luego darle al botón de play del reproductor blanco de Goear. Espero que te funcione y que disfrutes con Billie. Trataré de arreglar lo de la radio... Un beso.
Sí, Carmen, sí, no sé si te refieres a la música de Lastfm o a la de Billie, pero ambas me encantan como si la vida de pronto fuese un cuento de castillos y duendes. La de Billie, además, me permite acercarme a ella tanto que puedo incluso oler el aroma del fracaso enternecedor de su vida... Otro beso.
No quiero ser pesada, pero exactamente fue eso lo que hice. Aunque el estatus del goear said: "playing", no se oye. También probé en el portatil. Sorry
Mil perdones, queridas amigas, ya creo que lo arreglé, y mande a hacer puñetas al cuadrito de Lastfm, que salía del color que le venía en gana y sonaba cuando le parecía. Ahora podréis oír a Billie en todo su esplendor, y la dulzura de Corea con su Crystal Silence. Besos musicales para mi alevosa paisana y para esa perla capitalina (que una de dos, o nos vende pronto el libro o vuelve a escribir con asiduidad en el blog, que estamos hambrientos...).
Halago triple, querida amiga: el directo a mi alma, la compañía en el halago de Billie, y la noble y halagadora procedencia de los halagos. A sus pies de usted...
Más que delicada, yo calificaría mi alma de confusa, tal vez de una confusión por momentos agradable, no lo niego, pero confusa al fin y al cabo. Y en cuanto a la buena de Billie, esta canción apareció en el penúltimo disco de su carrera, Lady In Satin, meses antes de morir, cuando su voz estaba ya bajo mínimos, y con la orquesta de un Ray Ellis que hizo de todo menos blues y jazz en este disco. Aun así, Billie demuestra aquí cómo un espíritu intenso como el suyo podía superar todos los obstáculos para hacer arte, un disco maravilloso y conmovedor que acaricia el alma a cualquiera que tenga sentimientos y una mijita de sensibilidad. Ay, mi dulce Billie... Un beso emocionado, alma delicada.
Creo recordar, amigo mío, que escuchando a Madeleine Peyroux en tu casa te comenté algo de Billie. Madeleine, siendo una señora de lo más agradable y que también me encanta, porque posee una especie de languidez insuperable, bebe de Billie, que para mí es la más grande, sin duda. Otras tienen mejor voz, más ritmo, más swing, más conocimientos, pero ninguna expresa la música como lo hizo (y lo hace cada día) mi dulce Billie... Un abrazo
17 comentarios:
Sale la música de la last.com, la apago pero no consigo escuchar esas caricias. ¿que hago? ya me quedé con las ganas
saluditos
MMM.... qué bien dejarse envolver por la suavidad del sonido...
Sí, sí, pido perdón porque pretendía poner la radio de forma que sólo sonase si alguien quería y pulsaba el botón de play, pero al final lo dejé así sin querer. Querida Ale, sólo hay que parar la radio y luego darle al botón de play del reproductor blanco de Goear. Espero que te funcione y que disfrutes con Billie. Trataré de arreglar lo de la radio... Un beso.
Sí, Carmen, sí, no sé si te refieres a la música de Lastfm o a la de Billie, pero ambas me encantan como si la vida de pronto fuese un cuento de castillos y duendes. La de Billie, además, me permite acercarme a ella tanto que puedo incluso oler el aroma del fracaso enternecedor de su vida... Otro beso.
No quiero ser pesada, pero exactamente fue eso lo que hice. Aunque el estatus del goear said: "playing", no se oye. También probé en el portatil. Sorry
A mí tampoco me sale :(
Mil perdones, queridas amigas, ya creo que lo arreglé, y mande a hacer puñetas al cuadrito de Lastfm, que salía del color que le venía en gana y sonaba cuando le parecía. Ahora podréis oír a Billie en todo su esplendor, y la dulzura de Corea con su Crystal Silence. Besos musicales para mi alevosa paisana y para esa perla capitalina (que una de dos, o nos vende pronto el libro o vuelve a escribir con asiduidad en el blog, que estamos hambrientos...).
Preciosa Lady day, preciosa el alma acariciada.
Un abrazo.
Halago triple, querida amiga: el directo a mi alma, la compañía en el halago de Billie, y la noble y halagadora procedencia de los halagos. A sus pies de usted...
Tienes un alma delicada, justo es que te la acaricie una voz como la suya. A ratos, casi la desgarra...
Beso.
Más que delicada, yo calificaría mi alma de confusa, tal vez de una confusión por momentos agradable, no lo niego, pero confusa al fin y al cabo. Y en cuanto a la buena de Billie, esta canción apareció en el penúltimo disco de su carrera, Lady In Satin, meses antes de morir, cuando su voz estaba ya bajo mínimos, y con la orquesta de un Ray Ellis que hizo de todo menos blues y jazz en este disco. Aun así, Billie demuestra aquí cómo un espíritu intenso como el suyo podía superar todos los obstáculos para hacer arte, un disco maravilloso y conmovedor que acaricia el alma a cualquiera que tenga sentimientos y una mijita de sensibilidad. Ay, mi dulce Billie... Un beso emocionado, alma delicada.
Ahora sí :))
Adoro esa voz de vino bueno...
Una maravilla que te deja sin palabras... Belleza amarga y espesa... siempre me ha cautivado esta mujer...
Y qué delicia, Leo, tomarte una botellita de ese hidromiel... Besos.
Es grande, Sandro, tanto que ya apenas depende de la música que la acompañe, ni siquiera de lo que cante... Un abrazo, motero.
¡Qué maravilla!
Creo recordar, amigo mío, que escuchando a Madeleine Peyroux en tu casa te comenté algo de Billie. Madeleine, siendo una señora de lo más agradable y que también me encanta, porque posee una especie de languidez insuperable, bebe de Billie, que para mí es la más grande, sin duda. Otras tienen mejor voz, más ritmo, más swing, más conocimientos, pero ninguna expresa la música como lo hizo (y lo hace cada día) mi dulce Billie... Un abrazo
Yo también escucho a la extraña fruta. Cuando su voz te toca, ya no eres el mismo.
También la nombré.
http://paralelo-49.blogspot.com/2006/08/la-extraa-fruta.html
Saludos y buen día
Que tengas buen viaje y te llene. Es curioso, pero todo en la vida consiste en subir una montaña.
Saludos
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