lunes, 12 de mayo de 2008

La ingenuidad del paseante


No me puedo contener, lo tengo que decir. Y es que caminaba yo hace un rato hacia mis santas obligaciones diarias cuando llego a ese pasadizo del que ya os hablé alguna otra vez, uno construido con grandes bloques de cemento y uralita en la larga fachada de una manzana en rehabilitación. El pasadizo, que con frecuencia y sin aviso está cerrado, hoy estaba abierto, y por su anchura permite que dos personas pasen a la vez, siempre que cada una de ellas se aparte un poco.

Hoy venía yo escuchando a Mike Farris y dándole vueltas a varios pensamientos con los que me levanté, cuando diviso al fondo del pasillo a una mujer joven que viene en sentido contrario. Sigo caminando, la música aislándome del ruido del tráfico. La chica se acerca. Bueno, así a simple vista, y sin dedicarle más que un vistazo desde lejos, no es que sea el paradigma de cuerpo escultural, pero hoy vengo pensando en otras cosas, tendría que partirse por todos lados para que yo me fijara, eso sí, con educación, en su cuerpo. El pasadizo tiene aberturas a la avenida que lo ensanchan. La muchacha y yo coincidimos en uno de los tramos cubiertos, y comprobando que ella camina muy digna justo por el centro del pasillo me aparto y espero. La mujer pasa como una reina, el paso firme, la mirada en el horizonte, el porte majestuoso. Por un instante pensé que giraría la cabeza y me agradecería con un simple gesto la amabilidad, pero no, de esa esperanza pasé a la amarga constatación de que había cedido el paso a una estúpida maleducada. De veras, sé que hay gente pasándolo peor que yo, la mayor parte de ellas mujeres, pero, con todos los respetos, estoy hasta el coño del machismo imperante, y lo digo en serio, sin ironías...

12 comentarios:

Luna dijo...

Buenos días.
La maldad no tiene sexo y la mala educación tampoco...
No tengo ningún problema en ceder el paso a un hombre y en pasar si me lo ceden.
Doy las gracias y sonrío agradecida.

Saludos

Sir John More dijo...

Ojalá todas las mujeres hicieran como tú, y ojalá no existieran esas hordas de majaderos, que van por las calles insultando a las mujeres, y que colaboran a que muchas de ellas, en vez de comportarse como personas, lo hagan como objetos sexuales itinerantes. Eso sí, comprenderás que yo, que cuando cedo el paso a una mujer o a un hombre, no pienso en cogerle el culo a ninguno de los dos, ni en decirles la primera salvajada que se me ocurra, me quede un poco patidifuso e incluso matinalmente cabreado cuando te paras, te apartas, y ves que la otra persona pasa como si aquel fuera un derecho adquirido. Me jode profundamente la mala educación, en los hombres, en las mujeres y en los marcianos.

¡Más lunas hacen falta...! Besitos.

Anónimo dijo...

Cierto, hay de todo, como en botica, maleducados y maleducadas. El machismo es una especie de losa de cemento que llevamos todos al cuello y que, como no desaparezca, nos hundirá a todos también.

Yo, confieso, no soporto la mala educación. Cada vez menos (y cada vez hay más), debe ser cosa de la edad.

Beso.

Carmen dijo...

Quizá tanta belleza finalmente termine por hacer mella en el interior de alguna gente... quizá pensara que serías tú quien mirase hacia atrás para seguir admirándola...

Francisco Sianes dijo...

Sir John,

Te lo tengo dicho. Esto te pasa por no ser una rubia despampanante...

Sandro dijo...

Me encanta el Mike Farris... (si es el de los screaming cheetah wheelies)... tiene una voz estupenda...
el hecho es que, seguramente, se quedaria muy frustrada de tu indiferencia, mucho mas que tu con su mala educacion. Hay gente que si no les miran como objeto pillan depresion... chicos y chicas, asi esta el patio... y la verdad es que tu fuiste cruel, la proxima vez haz el favor de decirle algo bien grosero (como debe ser...)...
besos..

Elena dijo...

La pr�xima vez, haz lo que hubiera hecho una mujer.
Ponerle la zancadilla. ;)

Sir John More dijo...

Bueno, Respirando, si la educación es cosa de la edad, bienvenida sea la edad. Pero no sé, yo de pequeñito, no sé si por cierta tendencia obsesiva a la lógica, y a considerar que los objetos también tienen alma, siempre eché de menos esa educación mínima para la convivencia, la urbanidad o como se la quiera llamar, así que no creo que la educación deba tener mucho que ver con la edad. Además, maleducados bien entraditos en años los hay a puñados... Besos.

Seguramente, Carmen, que esta mujer pensó que yo me había parado para admirarla, y que al pasar mi mirada la acompañaría como si en vez de una mirada fuera un capote de grana y oro. Pero eso demostraría que, además de no rebosar belleza (exterior, al menos), su pensamiento era bastante cortito... Aunque una vez lo dije para el tema de la ignorancia, vale también para la belleza: la más hermosa es la belleza que nos mejora y satisface, y no la que nos deja tranquilos sobre nuestra imagen ante los demás. Allá ella, aunque en ese momento me fastidió mucho. Un beso, y que sepas que me pensé lo de participar en esos concursos tan interesantes que promueves en tu lindo blog... Pero aún no me decidí.

Señor mío Don Francisco, a usted puedo decirle una cosa, ahora que no nos escucha nadie: seguramente por una cuestión cultural, e igual que hay más albañiles piropeantes que albañilas piropeantes, se encuentra uno con más escenitas de este tenor entre las mujeres que entre los hombres. La cultura machista, como bien dice Respirando, está por todos lados, y no menos en las mujeres que en los hombres. Y es que en las angosturas de los caminos se comprueba que la falta de amabilidad de muchas señoras es bastante más frecuente que la de los señores, y si los señores, así, de un modo general, van convirtiendo aquello que se llamaba caballerosidad en algo mucho más sano que es la educación, en ellas no avanza tanto el cambio, y seguimos teniendo que dejar pasar a muchas señoras por narices, las mismas narices que ellas levantan tan dignas cuando pasan y ni te miran ni te agradecen el detalle. Y dios me libre que querer condenar a género ninguno, pues mi único afán es que la convivencia sea mejor, y que el machismo desaparezca no sólo en lo que le interesa a uno de los géneros, sino de forma total. Joé, al final me salió un sermón... Abrazos.

Querido Sandro, el Mike Farris que te digo es el de los Screamin’, en un disco en solitario suyo que, sin ser una gran maravilla musical, tiene ese toque que este hombre le da con su voz y su personalidad. En cuanto a lo otro, ya ando haciendo gestiones para asistir a un Curso Avanzado de Piropos Chabacanos y Pedestres, y la próxima vez que me la cruce se va a enterar de lo que vale un peine... Besos, chavalote.

Bueno, Elena, la escena se completaría con tu propuesta. Je, je, ¿te imaginas? Me encuentro a la misma mujer en el mismo sitio, me paro en la estrechez que hablábamos, dispuesto a cederle el paso, y cuando se acerca empiezo a decir: “¡ole, ole y ole los cuerpos bonitos y salerosos! ¡Si tú fueras flor yo me haría colibrí para libarte como es debido, pedazo de... “, y así ad infinitum. Y cuando la chiquilla estuviera que ya no cabe en el pellejo, justo al pasar, le pongo la zancadilla y cataplof... ¡Mira que somos malos! Besos.

Idea dijo...

Mirar al “otro” no es una cualidad de género, debería ser humana, sin embargo, vamos con paso lento pero seguro, camino de no ver ya nada más que una masa globalizada en la que ya no se distingue al individuo, su sonrisa, su candor, su mirada.
Las mujeres no pueden hacer responsables de su propia ceguera a las “hordas de majaderos, que van por las calles insultando…” y mucho menos convertirse en los “objetos sexuales itinerantes” sólo porque ésos energúmenos existan.
Pedir permiso, por favor, perdón o dar las gracias, se han vuelto rarezas idiomáticas que muy pronto se acuñarán en diccionarios de anacronismos.

Sir John More dijo...

Aunque todo indica que tienes razón en tus predicciones, espero fervientemente que te equivoques. A las alturas en que estamos ya cuesta andar por la calle sin escribir quejas como ésta a pares por día... Entretanto, bienvenida y un beso.

Eliminado dijo...

Hola, no te enojes tal vez no era maleducada, tal vez sólo distraída, a veces pasa,tendría que preguntarte porque te enojas tanto porque no te dió (por aqui se dice en forma grosera) bola, o realmente porque fue descortez, también porque que haces incapié que era bonita, que importancia tiene eso, cuando se trata de educación.

Buenisimo tu post me encantó porque lo vos tan simpáticamente contás pasa todos los dias


Besos argentinos

Silvia

Sir John More dijo...

Querida Silvia, la mala (o poca) educación, la falta de urbanidad me enfada mucho en determinados momentos en que olvido que está más que extendida su práctica. Como dices, el hecho de que el maleducado sea hombre o mujer, o tenga un cuerpo u otro, no influye gran cosa. En el caso que nos ocupa, a mí me dio la impresión de que esta muchacha andaba más preocupada de su figura (que así a simple vista tampoco me pareció gran cosa) y de su efecto en mí, que de ser cortés y educada. El que es bruto ya sabemos que es bruto, pero hay mucha gente por ahí con aspecto educado y que luego lo son bastante poco. Como tú dices, pasa todos los días, pero soy un poquito picajoso con eso...

Encantado por tu visita, Silvia. Los aires argentinos refrescan el aire del Hilo...