A mí lo del mal menor me gusta poco, la verdad, y mucho menos cuando el menor de los males es de por sí nefasto. Cada uno puede votar lo que le dejen, claro… quiero decir, cada uno puede votar lo que quiera, pero a mí en esto del voto no me vale lo del mal menor, lo que otros llaman el voto útil.
La gente me dice: si no votas te arriesgas a que vuelvan esos demonios casposos de siempre. Por supuesto, votar a mi amigo José Antonio Pino (Partido Socialista de Andalucía) o al Partido Por un Mundo Más Justo también sería un acto irresponsable, porque uno no debe votar positivamente, sino negativamente. No se vota para que salga periquito, sino para mantener lejos del poder a menganito. Es conveniente no leer los programas, no vaya a ser que te convenza cualquier pelagatos sin esperanzas de obtener un sólo parlamentario y tu voto termine en la urnalcantarilla.
Para ser verdaderamente realista debo pasar por alto la realidad, debo ser optimista, reunir las contadas e interesadas bondades del poder (algunas libertades muy determinadas, algunos beneficios insustanciales de alto poder propagandístico, carreteras, centros comerciales, la televisión digital terrestre, carreras populares, ferias variadas, sombras del viento y manolitos gafotas, vacaciones en el mar…) y alegrarme con ellas sin fastidiar con las contradicciones, las mentiras y las maldades de los políticos más conspicuos, y de todos aquellos que en el futuro alcanzarán ese elixir de la delincuencia que es el poder.
En primer lugar, debería no atender a la organización de los partidos que pretenden representarnos, auténticas familias mafiosas en las que nada se obtiene con ideas y buenas intenciones, y todo si aciertas en tus amistades; redes oscuras y tramposas donde la picardía y el poder van de la mano.
Tendría que pasar por alto el hecho, palmario para cualquiera que no sea acólito de uno de esos partidos, de que ninguno de los que han probado de alguna forma el poder anteponga el servicio público y el bienestar de los ciudadanos a sus tinglados y jueguecitos más o menos rentables y derrochadores.
No debería tomar en cuenta el estado de nuestra cultura, dominada por desalmados entretenedores y empresarios del corazón, por cierto, amigos de cacerías y farras de los candidatos; ni habría de considerar la triste situación de nuestros centros educativos, la desaparición progresiva y general del cariño por la sabiduría, y la pasividad cínica y absoluta de estos catetos poderosos y guapos… y estas catetas poderosas y guapas, eso sí, éstas con ese toque femenino que tanto prometía…
Debería ignorar la situación de tantos y tantas jóvenes, cuyo destino sigue dependiendo fundamentalmente del entorno, porque para los candidatos ese entorno se mide en términos de mercado y no de convivencia. Por no hablar de los eternos asentamientos de chabolas, ni de las condiciones de explotación y necesidad en que viven los inmigrantes (pobres, claro), ni de las diferencias aún bestiales entre ricos y pobres, por supuesto separados por una gran clase media con un poder adquisitivo esencial para la maquinaria político-económica.
Porque tampoco debería uno liarse con esa preeminencia ostensible e insultante de los valores del mercado y el dinero sobre la propia democracia. Votar es elegir a los nuevos ricos de este país, a los nuevos amigos de banqueros y grandes empresarios, gente lista y despiadada capaz de cualquier cosa por obtener beneficios para sus empresas, y primas para ellos y sus amigotes.
No debería ocurrírsenos analizar a fondo los ingresos de todos estos tunantes, ni la forma en que se ganan la vida mientras están en el candelero ni luego, cuando lo abandonan para vivir la vida padre. Nos hablan de unos sueldos altos pero adaptados a su responsabilidad, pero no nos cuentan lo que cobran en dietas, por dar conferencias de risa, por ser consejeros de tantas empresas, todo ello sin contar con los artículos infumables que perpetran en los diarios afectos, las recomendaciones e intermediaciones clandestinas, los réditos de fondos oscuros en paraísos fiscales…
Pero todo esto y más lo soportaría yo sin rechistar si al menos no nos insultaran con ese discurso botarate que mantienen, si no pensaran que todos somos imbéciles y al menos trataran de engañarnos de un modo más inteligente. Son monstruos que aprobaron parvulitos por los pelos, gente de cerebro contrahecho, machotes insolentes, hembras que confunden la liberación femenina con estrenar un modelito cada día mientras gritan con faltas de ortografía, caricatos incultos que aprenden pronto a arrastrarse por la mierda y a treparse al primer sillón que les regalan por su fidelidad y obediencia al capo.
Debería mirar hacia otro lado y el día 7 ir a votar por el mal menor, pero cuando el mal menor es tan nefasto... Mi voto es algo demasiado serio para andar desperdiciándolo de manera tan tonta… Y encima el Betis en segunda: ¡que no voto, joé, que no voto!
12 comentarios:
Vaya, hombre, con lo que me cuesta a mí meter mi votito inúti en la urna, pidiéndole perdón entre dientes a mi abuelo anarquista... vas tú y me das alas.
Pues yo tampoco, si no puedo votar por la Serracchiani, no voto. Hala.
No, no, si esto, por muchas vueltas que se le den, al final se decide por algo pasional: el Betis, el caprichito imposible de votar a una italiana (muy linda, la verdad...), yo qué sé, que no te gusten las cejas del Zapatoso, o la sicronización ojos-lenguita del Marianín...
Besos abstencionistas.
La teoría del mal menor está extendida en Etica, puede que sea lo inteligente al aplicarse al comportamiento humano. Pero la disyuntiva tendría que ser bastante clara, excepcional y, por supuesto, justificable inteligentemente. Argumentas bien que entre estos dos partidos mayoritarios que nos gobiernan, hoy por hoy, da igual que me da lo mismo, o casi. Queda, también en mi opinión, no quedarse en casa si hay posibilidad de dar el voto a alguno que pueda merecer una oportunidad. Votaré a UPyD. Del Betis no hablo, comparto mi mudo malestar con el Sir. Solo esto (un deseo ingenuo): Lopera, vete ya!!!
Voto a Chiquito para las europeas, a Pedro Reyes para las autonómicas y a Faemino y Cansado para las generales...
Pero nunca sacan ni un escaño, no se que estoy haciendo mal...
Al hilo de lo que dices del voto negativo, yo ya tengo preparada mi papeleta-poster del Mani comiendo pasteles para las próximas elecciones del Betis, por cierto cuando son... eran este año no??
wow
nos separa un océano inmenso, y sin embargo; salvo por los nombres de los partidos, los giros idiomáticos y el dialécto qe usamos, es como si me hablara otro argentino.
También estamos en visperas electorales, nosotros vamos por los senadores y diputados.
Es la primera vez que voto, ya qe cumplí los 18 hará 3 semanas, y es lamentable sabés... pero tengo la misma sensación de ... no voto una mierda y qe se vayan a la puta que los parió.
Pero después analizo eso, y no puedo creer que con 18 años recién estrenado ya tenga la fè de una persona de 50 en temas de polítcas.
Quiero creer que va a haber un cambio, quiero creer que mi voto puede hacer ese cambio...
Pero lamentablemente vivo en un país donde los políticos compran los votos de la mitad de la población con un choripan, $20 y una gaseosa. Y todo porque esa gente vive por debajo de la línea de la indigencia, y se humillan (porque no hay nada más humillante que vender tu poder de elección) de esa manera xq la educación que no tuvieron, se lo permite.
al igual que vos, estoy tan perdida con respecto de quien será digno de recibir mi voto.
encima, en mi país, pareciera un chiste todo. Hasta esto, porque a mi querida jefa de estado, no se le ocurrió mejor idea (o a quien haya sido) que realizar "candidaturas testimoniales", es decir... Políticos que ya están dentro de un determinado rol en la política, y desempeñan un ya fijo papel; se postulan igual para los cargos de senadores y dip, sin saber si dejan o no el puesto anterior. en caso de que no lo dejen, o bien, se curran 2 laburos cagando a todos, o se quedan en el que estan y según quienes le siguen en la lista, al puesto de senador lo asume otra persona, que en nuestro caso puede ser el verdulero de la esquina tanto como la tigresa acuña... (boxeadora argentina que se postula como concejal si no me equivoco, del partido Frente para la Victoria que es de donde salieron los tranfugas del matrimonio Kirchner)
o sea... no se sabe si a la persona que estás votando, realmente va a desempeñar el trabajo que le corresponde o no...
Por favor...
te entiendo completamente...
preferiría no haber cumplido los 18 en estas ocaciones...
Querido Sean, pienso que el problema reside en los efectos que el poder tiene sobre las personas, así que incluso aquellos que todavía no han podido demostrar su decencia tienen un alta probabilidad (por no decir la seguridad) de demostrar una vez más que no se puede ser decente y poderoso a la vez. Un abrazo.
Qué bueno leerte de nuevo, Sandro. Tú sí que sabes elegir candidatos... Ahora, lo del Betis no se arregla así se haga socio Terminator. Con Don Manué no puede nadie.
Bienvenida, euge*. ¿Sabes? Creo que tu reflexión, se la comparta o no, ya es suficiente motivo de esperanza. Porque, convirtiendo tu lamento en asombro: no puedo creer que con 18 años andes preocupada por qué votar y para qué votar. Porque la educación que reciben los jóvenes hoy día, de una forma sibilina, tiende precisamente a que nadie se pregunte lo que tú te preguntas, y aunque ya sabes que soy algo pesimista en las respuestas, el valor está en preguntar, en dudar, en pensar lo que somos. Se habla tanto contra el individualismo, pero se olvida que sin individuos conscientes e ilustrados no hay democracia que valga.
Lamento que en Argentina las cosas estén así, pero creo que en todos los países latinos (por llamarlos de alguna forma) se tiende a esta situación: una caterva de gentuza, inculta y sinvergüenza, trepa hasta el poder y lo convierte en una fuente de corrupción y basura, en un lugar donde la cultura y la justicia brillan por su ausencia. Al final, lo que queda de Argentina, igual que de España o de cualquier otro país, es ese puñado incontable de individuos, hombres y mujeres que, viviendo su vida con pasión, dejan estelas de sabiduría y belleza.
Un beso fuerte y mucho ánimo.
Qué bien lo has expresado, Sir. Si me quedaba alguna duda sobre ir a votar, me la has aclarado. Yo de todas formas creo que tenemos lo que nos merecemos. Los lideres nacen de entre nosotros. Mira a Berlusconi, ¿no te recuerda algo a Italia? ¿Y Chavez? ¿Y...? No sigo. No digo que entre los italianos y entre los venezolanos no exista gente estupenda, pero es como la caricatura del pueblo. Esos son nuestros gobernantes, nuestros lideres nuestras mentiras. Luego ya está el poder, y el ego y zarandajas mil.
Pues yo tampoco voto.
No señor
Querido Sir, seguro que llevas razón. Recuerdo el dictum de Lord Acton, pero siempre choca con una parte de mí, idealista, incluso visionaria, que bien conozco. Con la parte que puso su grano de arena en los 70 y 80 por traer y consolidar esta forma de gobierno, "mal menor" entre las funcionales. Por lo que respecta a UDyP, andando por ahí Savater, hasta el mismo Cioran daría una oportunidad al asunto, al menos como moscas cojoneras por algún tiempo. Un abrazo fuerte. A Sandro le mandaremos un besote...
Hace unos días, escribí sobre el tema.
No desde el sí o el no. Desde el miedo que da la derecha. Véase Holanda.
Yo votaré y lo haré contenta como lo hice la primera vez. Es mi único homenaje a los que dejaron su vida y su huesos en las cárceles españolas para concederme la posibilidad de elegir.
Y votaré por el señor Aguilar y despues le demándare lo prometido si no lo cumple.
La verdad, Carmen, es que con estas cosas siento un poco de malestar, porque sin dejar de opinar lo que opino, también es cierto que dejando de votar se lo ponemos más fácil a estos individuos casposos (y peligrosos) tipo Aznar o Berlusconi. Pero me siento incapaz de dar mi voto (y mucho menos por miedo) a unos tipos que no sólo consienten, sino que utilizan la intriga política en favor de su organización, y sin importarles gran cosa el bienestar de la gente. No obstante, nada más lejos de mi intención que hacer propaganda de la abstención. Creo en mi abstención... Y tienes razón, el ambiente político es el que nos merecemos, el que merece un pueblo fácilmente acogotado por la televisión y un bienestar económico ajeno a otro tipo de bienestar más humano. En fin, besos tristes.
Amigo Sean, más bien imagino una futura salida crítica de Savater de este tinglado aparentemente decente, que la propia decencia del partido. Pero ojalá me equivoque, ojalá... Por otro lado, y como dice nuestra amiga Luna, podríamos pensar en que se ha luchado mucho por la libertad de votar para que ahora no ejerzamos ese derecho. No obstante, creo que precisamente esa libertad conseguida es de la que hago uso para no ir a votar, y así también creo que homenajeo a tanta gente que luchó por su libertad y la de todos nosotros. Al señor Aguilar, una vez elegido, será complicado pedirle que cumpla lo prometido. En el peor de los casos (para él) dejaría de ser votado, y entonces no tengáis duda de que ocuparía algún otro carguito bien remunerado. Sólo por ese tono mitinero que, una persona como él, que yo pensaba inteligente, ha desplegado en esta campaña, incluso en entrevistas calmadas y sin banderas, sólo por ese tono nunca le daría mi voto. Pero no digo que Luna no tenga razón votando, no podría decir tanto... Abrazo y beso.
Los 'abertzales' aspiran a lograr un diputado gracias a la abstención
¡¡fantástico!!
No, no estoy de acuerdo, los abertzales ganarán un parlamentario gracias, entre otras cosas, a que los socialistas son unos ricos negociantes ávidos de poder en vez de unos servidores públicos. Lo de la abstención no es el mal, es el resultado del mal.
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