lunes, 24 de diciembre de 2007

¿Será posible...


...que de esta bacanal de la muerte, que también de esta abominable fiebre sin medida que incendia el cielo lluvioso del crepúsculo, surja alguna vez el amor? FINIS OPERIS (Thomas Mann, La Montaña Mágica).

15 comentarios:

leo dijo...

Qué bonito, Sir. La foto, la cita. Es evidente que es posible, que al amor se las apaña para surgir de casi todas partes.
Y de la imagen mágica que nos has puesto, más (¿Uno de tus hijos?)
Un abrazo enorme, que paséis una noche entrañable.

T dijo...

Preciosa foto, pero te voy a sugerir otra traducción para el Finis Operis, si me lo permites:

'De esta orgía de muerte, de esta mala fiebre que incendia en torno tuyo el cielo de esta noche lluviosa ¿se elevará el amor algún día?'

Raquel dijo...

No hay duda
Un abrazo grande

aldara san lorenzo dijo...

(así NOOOOOOOOO vamos nada bien)
(que sepa)

........hhhmmmmm......... Es necesario (y lo malo es que me pilla Ud., querido Sire, cocinando y venga de trastear con las Navidades) un giro hacia la alegría.

Voy a ver si me organizo y le lío yo una que ni en Esparta.
Que está Ud. poniéndose mustio por momentos.
.......y la peluquería sin sus pelos por el suelo (que esa es otra)

¡Así no se pué, señor mío, no-no!

it (tarde y mal, con la mesa sin poner, los regalos por el suelo sin envolver, la perra comiéndose las velas, los perturbs a la fuga... ¡un espanto! ¡eso sí que es un abominable crepúsculo sin esperanza!)

RosaMaría dijo...

Las citas que ponés me encantan, y las fotos acompañan a ese encantamiento. FELICIDADES

Sir John More dijo...

Sí, Leo, es el bueno de Adrián, frente a un mar enfadado de la costa norte portuguesa. Descubrí esta foto el otro día, mientras escaneaba fotos en papel, y realmente el mar estaba hermoso... Beso.

Querida T, ya me gustaría saber alemán para poder decirte si tu traducción se ajusta mejor al ánimo de Mann, pero deduzco que tú si sabes alemán, así que me quedaré con la tuya. Esta traducción que leí, que se vende con la idea de que ha sido una traducción cuidada que trata de mejorar muchos errores continuos de las anteriores, no me desagradó, claro que sólo en el aspecto que yo puedo juzgar, el de si está correctamente escrito en castellano, aunque sin saber el otro idioma, una vez que comienzas a conocer al autor, también se puede saber cuándo algo está mal traducido. Me alegra compartir contigo la adoración por este libro, aunque no compartamos la visión de su héroe... Besos.

Espero, Raquel, que ese amor inunde tu presente, y más entre tanta nieve... Besos.

A usted, It, después de esta declaración de guerra... Vamos, vamos... No es mustiedad (ni siquiera, mustietismo) esto que me aqueja, señora mía, sólo que el cielo está ahí, tan lejos, siempre, siempre lejos, por mucho que nos hagamos la idea de que es una bóveda celeste a la que podemos subir cuando nos apetezca. Sólo eso. No se me preocupe. Sé moverme en estas aguas, llevo muchos años ensayando. Suyo, en armas...

Bienvenida, Rosa María, me alegra que disfrutes con estas palabras, aunque lamento que tengas que dejar Galicia. Como dices, tendrá seguro sus compensaciones, y estos cacharros siempre nos pueden mantener cerca de mucha gente. Un beso y feliz fin de año.

T dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
T dijo...

La traducción de la última edición de Edhasa es muy buena, mucho mejor que la clásica, pero en una obra tan grande no siempre es fácil mantener el nivel y para mí, el final no es el mejor. En cualquier caso, es una cuestión de gustos y a mí, me gusta más la que te he puesto.

Y en cuanto a la visión de Hans, tengo que decirte que la mía ha ido variando a lo largo de los años. La primera vez que leí La Montaña tenía 16 años y me dejó apabullada. Desde entonces, la he leído completa, o por trozos, más de una docena de veces y mi opinión sobre Castorp ha ido cambiando. Ahora mismo creo que es un hombre decadente pero para mí, ese adjetivo no tiene la connotación negativa que suele ser habitual, como tampoco lo tiene el adjetivo reaccionario, algo de lo que también tiene un poco el protagonista de La Montaña.

Y para el Año Nuevo, me atrevo a recomendarte otra 'obrita' de Mann: Doktor Faustus.

Un beso.

Anónimo dijo...

¡Me gusta mucho la cita y la fotografía también!
¿Tienes un flickr o alguna otra página de ese tipo?
Si la tuvieses me encantaría visitarla.
Bueno, ¡felices fiestas!
(Como promesa para este año creo que seguiré tu consejo y continuaré escribiendo en el blog.)

Sir John More dijo...

No creas, T, que vi esta obra que me recomiendas, junto a la de Los Buddenbrook, y me alegré mucho al saber que tengo Mann para mucho tiempo. En cuanto a Hans, creo que con él Mann nos dice lo que somos justo antes de que este mundo extraviado se encargue de complicarnos la existencia... Un beso.

Querida amapola amarilla, he estado viendo tus fotos en fotolog, y en mi opinión tienes mucha intuición fotográfica. Ando pachucho, con un catarro serio, pero espero que mañana, en un rato, pueda leer todas las páginas de tu cuaderno con detenimiento. No tengo una página de fotografías, salvo la que abrí hace poco en Picasa, donde colgué el álbum que se muestra en El Hilo Invisible. Accede a través de ahí, porque intentaré colgar una selección de fotos pronto. En el blog casi todas son mías. Me alegro de que te gusten, y mucho más de que sigas con tu blog. Aquí tendrás un lector fiel. Un beso y pásalo muy bien.

Anónimo dijo...

Castorp... ese mundo que termina y sin embargo esperanzado. Además de los citados, hay un bonito relato de Mann menos conocido, Señor y Perro, que es una delicia.
Te deseo felicidad y belleza y calma.
Beso que aguarda.

Anónimo dijo...

Buenas noches:
la foto es especial, el niñ@ mirando ¿qué pensará?

sí, despues de la bacanal de muerte, fiebre, odios y desatinos, siempre surge y surgirá el amor, es un sentimiento que entra por cualquier rendija y en cualquier momento, no avisa, es fantástico que así sea...creo.
Saludos

Cyllan dijo...

Ay, la pregunta para mí es: ¿Algún día me atreveré con este "librote"? Le tengo ganas pero es tan denso.
Que chulo tu hijo mirando el mar furioso.

Anónimo dijo...

Un gesto, me gustaría dejar un gesto en este cuadrado. Nada de palabras, solo silencio y aire.
Un abrazo, silencioso, después de la tormenta.

Sir John More dijo...

Se leerá, mi querida Ana, ese relato. Mann ha vuelto después de aquella lejana Muerte en Venecia, y creo que para quedarse mucho tiempo. Un beso deseoso de romper todas las esperas.

No dudo, Luna, que el amor siempre surge, aunque sea como esas pepitas doradas en un río de fango. ¿Qué pensaría mi niño? Uf, la naturaleza enfrentada con ella misma: eso sólo lo pueden descifrar los dioses.

No lo dudes, Cyllan, híncale el diente, porque, además, es un libro que he tardado en leerme varios meses, durante los cuales he leído otros libros, y en ningún momento he perdido ni el hilo ni el deseo de zambullirme en él. El único inconveniente que tiene es que es difícil de transportar, y que por las noches, en la cama, se te clava en las costillas. :-) Besos.

A veces las palabras son puro gesto, Lula, y ahora he creído advertir el tuyo. Desde la tormenta, un beso.