martes, 15 de marzo de 2011

Me duermo para soñar

Camino y escucho esta copla, y una visión fugaz, de esas que parecen esclarecer y simplificar los enigmas, pasa inasible por mi pensamiento. Pasa justo cuando Camarón habla del mar, de las olas que rompen levantando espumas y de la arena blanca sobre la que se duerme para soñar. Y luego yo, despierto ya al día y a sus tráficos, tratando de reconstruir lo fugaz y de recordar acaso un sueño instantáneo, me pregunto: ¿Puede acaso el amor zafarse de los laberintos de la pasión y derramarse sobre tu frente como un simple frescor? ¿Puede ser el amor eso que sientes cuando cierras los ojos y descarnas la mirada? ¿Puede el amor fluir con el azar, reír con la suerte, descansar con la luz? El mar, terrible, formidable, canta tierno su canción de espuma, y sobre la blanca arena, blanda y cálida, duerme el niño soñando con el amor…

Pueblos de la tierra mía

Verea del camino,
fuente de piedra,
Camaróncantarillo de agua
lleva mi yegua.

Las olas rompen en la mar,
las espumas levantan,
y sobre la arena blanca
yo me duermo para soñar.

Pueblos de la tierra mía
qué blancos y bonitos son,
porque brillan más que el sol
en toíta Andalucía.

Con el palo y la vela va mi barquito
cruzando la bahía mu despacito,
y qué airoso cuando el viento le sopla,
y corre garboso, corre garboso...

Verea del camino,
fuente de piedra,
cantarillo de agua
lleva mi yegua.

De San Fernando a Cai
voy caminando
y en tus ojillos, niña,
yo voy pensando.
De San Fernando a Cai
voy caminando.