domingo, 1 de noviembre de 2009

Silencio por amable respuesta

Verás, sé que a veces me muestro excesivamente romántico, que caigo en sentimentalismos infantiles, pero en aquellos días eternos de los trece años era precisamente a lo que dedicaba mi tiempo: a amarla con aquel amor punzante y descabellado, con aquella pueril obsesión, aguardando el golpe de suerte que lo cambiaría todo.

En la ventana del salón, apoyado en el alféizar, desde aquel tercer piso observaba el fluir del barrio, y hasta allí llegaba la fragancia de las estaciones que pasaban vestidas con sus galas acostumbradas. Los años de colegio tocaban a su fin, y Márium se hundiría pronto en las revueltas del futuro. Su rostro era perfecto, redondo, suave, sublime como un sueño, pero si no me declaraba antes de que estallara el maldito verano la perdería para siempre. Ni siquiera vivía cerca, no pasaría nunca bajo mi ventana, porque vivía a unas manzanas de aquel paisaje, en el otro lado del universo.

Los plazos se cumplieron, abandonamos el colegio, y mi declaración quedó para siempre pendiente. Entretanto, seguí mirando desde mi ventana, creciendo sin ruido, con la tristeza de aquella pérdida clavada para siempre en mi ánimo.

Por eso no te extrañará que aquel día yo creyera estar soñando. Tal vez repasaba libros de histología, o de microbiología, quién sabe, un auténtico contraste con aquel paraíso tapizado de estanterías de madera: la Dante Alighieri. Se encontraba casi vacía: los estudiantes de letras disfrutaban del sol tumbados en los jardines de la universidad, mientras yo me enfangaba en la distinción de los tejidos o en memorizar infecciones devastadoras. Y entonces ella entró.

Habrían pasado unos eternos cinco o seis años desde la última vez que la había visto, pero allí estaba. No había cambiado nada, seguía tan hermosa, tan tersa y adusta. Su imperceptible cojera, que a mí siempre se me antojara virtud, seguía marcando su forma de caminar. En el silencio de la sala entró por mi izquierda, la vi avanzar ante mí, a unos metros de distancia, y llegar hasta el mostrador de mi derecha, donde se ocultaba el bibliotecario. Y me olvidé de todo. Viví aquellos instantes aturdido, fascinado por una visión que era evidencia de cada uno de los aromas de mi infancia. La miraba sin pestañear, y comencé a preguntarme si no aprovecharía esta segunda oportunidad que la vida me daba. Ella consiguió el libro que había venido a buscar, lo alzó y lo apretó contra su pecho de ángel, y por fin deshizo sus pasos hacia la puerta de salida. Yo seguía sin mover un músculo, limitándome a seguirla con la mirada, y supe entonces que la dejaría ir, que no haría nada, que ni siquiera la saludaría, porque a veces la vida es sólo cuestión de imágenes, pura estética; tal vez lo sea siempre, y quizá nosotros deberíamos dejar de complicar tanto las cosas…

Hace poco, veinticinco años después de aquel encuentro, supe de ella y le escribí una larga carta, un simple saludo que me sirvió para atar un manojo de recuerdos y enviárselos con la esperanza de una sola de sus sonrisas. Pero sólo obtuve silencio, un silencio natural y procedente, la mudez propia de las fantasías, la callada enseña de mi inextinguible amor por Márium.

Márium

24 comentarios:

carmen dijo...

Me gusta mucho,Sir. Solo lo inacabado, lo posible,lo que podría haber sido, nos devuelve la esperanza. Qué magnificos son los recuerdos de lo que nunca se consumó.

Elvira dijo...

Yo también tengo un recuerdo de los de "si yo hubiera...". Es muy bello, me llena y a la vez me provoca mucha nostalgia y tristeza.

A ti no te gusta la poesía, pero eres un poeta, Sir John.

Un beso

Noite de luNa dijo...

Me gusta mucho...
Sir ¿ el no recibir contestación te puso triste?
Tengo una constestación pendiente desde hace algo más de dos años y no contesto por qué me da verguenza.
El recuerdo que tengo es muy bonito y a lo mejor se estropea con la realidad.

Besos

Sandro dijo...

Se me agolpan los nombres en la cabeza... ¿Que habra sido de ellas?... Que habra sido de mi...

Un beso, sir, gracias.

Sean dijo...

Al alcance algunas, otras inalcanzables... benditos gilipuchis que semos los de dos patas... ¿Habéis visto "El secreto de sus ojos" de Campanella? Maravilla, va en parte de esto. Besos invocados, mejor imbocados!!!

Sonsín dijo...

No conozco nada tan misterioso como el recuerdo. A veces, siento nostalgia, ganas de tocar instantes, pero en seguida comprendo que el recuerdo nunca fue, que solo es posible ahora, después de tanto tiempo...Cuando aún no era recuerdo, quizá fuera un sueño, quizá recogió en su forma todo lo que necesitaste, y por eso fue tan bello...Déjalo estar.El silencio es hermoso a veces, cuando es capaz de mantener intactos los momentos más bellos.Siempre puedes acudir a ellos. Un saludo.

Sonsín dijo...

Te mando toda la esperanza del mundo de que pronto vuelvan a hablarte y mientras tanto, refléjate en ellos, seguro que así también saben decir mucho. Un abrazo y mil gracias a ti.

Sandro dijo...

http://open.spotify.com/track/1e5TLjdscq893vO8P9mQnN

Sean dijo...

Homme, Sandro, pon esto en roman paladino pa los que no usamos espotifai...

Sandro dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=WTY1G-YBSCE

perdon...

Sir John More dijo...

Bueno, Carmen, tienes razón, aunque tampoco se podría decir que es mentira que ahí quedó todo el sufrimiento de aquel chiquillo indeciso. Y a veces es verdad lo que dices pero sólo porque la realidad tiende con demasiada frecuencia a desmentir los sueños. Quién sabe si, habiéndome decidido a hablar con Márium en aquella biblioteca, ahora no estaría escribiendo nada sobre ella…

Habría que definir la palabra poeta, querida Elvira. No creo que todo lo que se tiña de sensibilidad tiene por qué ser poesía. De hecho, será porque me cuesta tanto entenderla, pero hay algunos poetas que me parecen de lo más falsos, porque esconden su superficialidad en una maraña de palabras cuyo único mérito es el de ser palabrejas raras, unidas de un modo inusual. Soy de los que prefiere contenido sin estética a estética sin contenido; por supuesto, lo mejor: contenido estético, o estética con contenido. De todos modos, gracias por el piropo, aunque mirando tu blog se puede devolver el cumplido sin dificultad. Un beso.

Como le decía a Carmen creo, Amiga que aquí se queda (:-p) que la realidad estropea con frecuencia los sueños, y que dependiendo de cada sueño a veces lo mejor es no tocarlo. Seguro que a todos nos ha pasado que un reencuentro ansiado ha ensombrecido unos recuerdos realmente hermosos. En cuanto a la carta, bueno, sí, me entristeció no recibir respuesta, pero la escribí consciente de que no debería esperarla, así que la tristeza me produjo más sabiduría que dolor. Me gusta sentir que mis recuerdos son míos, y que ni siquiera dependen de la persona que los protagoniza. Besos.

Ay, Sandro, si por ley uno pudiera tener derecho a saber sobre las personas que nos importaron… De todos modos, la nostalgia suele ser tramposa. Y sobre ti, como sobre mí, bueno, quién sabe lo que ha sido de nosotros…

Precisamente una amiga me recomendó esta película el otro día, Sean, aunque aún no la he visto. En cuanto se serene la cuestión salud de mi padre hay dos o tres películas que están ahí pendientes: la de Woody Allen y ésta son dos de las primeras. Ahora, que estoy totalmente de acuerdo en eso de que semos tos unos papafritas… Besos.

Sin duda, Sonsín, el color de recuerdos como éste, que es un color silencioso, me hace sentir bien, casi orgulloso de esta pequeña joya que decora mi interior. Por eso decía que los recuerdos de este tipo deben pertenecerle a uno, y no depender de nadie más, ni siquiera del protagonista del recuerdo. Si no fuese así, posiblemente nos quedaríamos sin ninguno... Un beso.

Ay, Sandro y Sean, no sus peleéis que suenan Doña Elis y el Señor Jobim...

Anónimo dijo...

A mi "Sir"

La memoria es un mirador desde el presente, imágenes y sentimientos que se arrancan del flujo del tiempo para revivir emociones y sueños.

Lo inacabado es una huella que extiende comas, adjetivos y puntos suspensivos que alcanzan el infinito...

Me ha encantado leer tus tiempos pretéritos o tiempos pluscuamperfectos, como en todo lo que escribes, están llenos de sensibilidad...

un beso enorme y cuídate mucho, mi "Sir"

Anónimo dijo...

Ya sabes, amore: "no la toques ya más, que así es la rosa"... Esos recuerdos nos hacen sentir íntimamente vivos, son el mobiliario exquisito de nuestra solitariedad. Un beso.

Sandro dijo...

como me lo canta Ella no me lo canta nadie...

http://open.spotify.com/track/5vUXukxVG2vMpxkFwDhXvw

el blues es lo que tiene, cicatriza bien...

un besote...

Sandro dijo...

perdon Sean, pero a lo mejon es una buena razon pa apuntarte solo por curiosidad...

https://www.spotify.com/en/get-started/

Ella lo merece...

Sandro dijo...

Esta pa ti Sean (o no sean...)

http://open.spotify.com/track/1zai6ux5qFFAC0S3sSc0xk

15 minutos de gloria...
y un besito...

Sean dijo...

Querido Sandro, te saliste con la suya... El Espotifai es la línea que le faltaba a mi jefa para completar el formulario de solicitud de divorcio, je, je... ¡Cómo sabes lo que me gusta! 15 minutos camino de la eternidad... menudo canto del cisne, mi versión favorita del tema que el mangante de Davis no tuvo narices de abordar después de aquella acojonante primera versión, también en el Village. Glorioso tu beso, gracias. Ánimo con lo de tu padre, Sir. Abrazos.

Sandro dijo...

In to the light of the dark black night...

http://open.spotify.com/track/25d3TfTqfXEII5ZHYgvcRe

besos nocturnos

Sir John More dijo...

Exacto, Ana, uno sólo puede gustar su soledad si la decora con estos pequeños tesoros, que son como son, y no hay que destriparlos para que desprendan belleza. Un beso decorado por tu compañía.

Bueno, Anónima, cuánto tiempo... Es lindo verte aparecer por el horizonte... Besos especiales.

Gracias, Sandro y Sean por ilustrar estos comentarios con tan buenos sonidos. Espero, Sandro, que los recuerdos vayan suavizando las aristas del dolor. Por mi parte, mi padre mejoró, aunque el pobre mío está sólo regular... Un par de abrazos agradecidos.

Sean dijo...

You were only waiting for this moment to arise... to be free...
with nocturnidad and alevosía.

Kisses sweeter than wine.

Sean dijo...

Buenas noches, noche.

http://open.spotify.com/track/5aIXvkeI6VhRIFdwnmdjXF

I live by the ocean
and during the night
I dive into it...

...and drop my anchor,
this is where I´m staying,
this is my home.

Y a soñar...

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Al menos Erice sí que te contestó.
También ante él te paralizó el pudor.
Uno siempre tiene en la memoria historias parecidas que cree le pudieron cambiar la vida.
Lo que nunca sabremos es si para mejor o para peor.
Bien contado.
Un abrazo grande.

Carmen dijo...

Con toda la distancia del mundo... te cuento una cosa. Tuve en el instituto una profesora que me pareció siempre genial. Daba Griego. Pequeña, inteligente, amable, despierta...
La tuve en el recuerdo muchos años, casi como un mito del saber. Además, del saber griego!!!
Una noche de copas me la encontré en Lavapiés, en un bar en el que ella tomaba algo con su novia y yo con mi amigo.
Le hablé. Me acerqué y le conté quien era, lo que ella supuso para mi... Su timidez, otra vez, fue tan grande que rompió su propio mito. Su mito ante mi, claro. Me habló poco, pero de lo cotidiano... y ahora me da rabia enturbiar ese recuerdo de estudiante con el de ahora.
Besitossss

Sir John More dijo...

Perdón por la tardanza, amigos, pero sigo de hospitales con mi padre. Todo parece que va mejor dentro de este camino hacia el final.

Querido José Carlos, estas historias nos cambiaron un poco la vida, y fuese para mejor o para peor, lo más importante es que fueron nuestras. Quería reivindicar de algún modo que esas historias no pueden ser rotas ni siquiera por sus propios protagonistas. Son nuestras, son lo que somos. Un abrazo.

Y es lo que dices tú, Carmen, a veces tratamos de completar algo con el peligro de destrozarlo. Ahí sí que estamos un poco a merced de la decepción, pero me gusta tratar de separar al recuerdo de su propio personaje. Da igual que Márium no me respondiense, da igual que ella sea de una forma u otra. Aquella Márium no tiene nada que ver con ésta. A ver si te sirve el truco... Un beso.