viernes, 24 de julio de 2009

Edimburgo

Decididamente, Edimburgo es una ciudad sin alma. Una ciudad cerrada al mar que la acaricia nunca puede tener alma. A Edimburgo se le nota demasiado su insubstancialidad: no obedece a patrón alguno salvo al turístico. Sucia, reposada en un arsenal de edificios de piedra manchada por un tiempo sin misterio, se aferra indigente a los descoloridos rescoldos de sus novelistas.

Un ejército de hormigas aparentemente hacendosas pulula por sus calles desordenadas. No parece tampoco una ciudad atractiva para vivir. No posee una sola librería decente, sus calles están salpicadas de centros de apuestas, bancos y un número infinito de tienduchas regentadas por asiáticos, algunos de los cuales son las personas más afables con las que uno puede topar en la ciudad.

Su decadencia carece de encanto, porque no es una decadencia real, sino la incorporación de una ciudad otrora decadente e interesante a una modernidad frenética y ruidosa, al turismo, al servicio del nuevo ciudadano consumidor y papanatas.

Edimburgo, una ciudad con rincones indudablemente hermosos, pero plana, sin perspectiva ni profundidad...

12 comentarios:

lula Fortune dijo...

Desde luego que es plana, casi tenemos las mismas fotos en los mismos sitios. Así que no te ha seducido el encanto gris plomo de "Edimbrrrrra" como dicen ellos arrastrando las erres. Sólo de verlo me da un escalofrío, por dios, basta de grises en mi vida. Todavía tengo un paraguas (precioso, por cierto) que compré allí en pleno agosto. Justo en el momento en el que decidí instalarme en Italia forever.
Besos en espera de próximas entregas

lula Fortune dijo...

¿Sabes que la pizarra que utilizan de muchos tejados es gallega? Tengo un amigo africano, que se dedica a la exportación de piedra gallega. Globalización y olé.

Ruth dijo...

Pues cualquiera lo diría, porque las fotos que has hecho son preciosas. No me quitas las ganas de ir, no.

Sir John More dijo...

Pues mira, Lula, a mí las nubecitas, las lloviznas ocasionales y esa temperatura maravillosa que hacía fueron lo que más me gustaron de la zona. Pero claro, nosotros fue aterrizar en el aeropuerto de Liverpool y echar vapor de agua, como cuando metes un hierro al rojo en agua. Y oye, yo a Galicia la recuerdo con mucho más encanto, y eso sin hablar de las comidas, porque entonces a años luz...

Ruth, si bonita es la ciudad, y como merecer la visita la merece, verás. Pero tiene un inconveniente grave, y es que está cerquísima del paraíso de las Highlands, y de otras zonas escocesas que sí son realmente increíbles. Ve, ve, pero no te entretengas mucho, pilla el camino de Stirling y a pocos kilómetros empieza a disfrutar de Escocia... Besos para ti y para la toscaneña.

Belén dijo...

Yo solo puede estar en Edimburgo diez días, y si tuve la oportunidad de estar con escoceses... me lo pasé bien y no me parecieron tan planos como tu dices... no se

Besicos

Elvira dijo...

A mí también me tientan más las Highlands, espero que nos muestres algunas fotos tuyas de allí. Pero las de Edimburgo son muy bonitas. :-)

Sir John More dijo...

No, Belén, a mí los escoceses de Edimburgo no me parecieron mejores ni peores, porque apenas los conocí. Fue la ciudad la que me pareció plana, algo así como lo que dice Lula, un lugar donde uno va y tiene veinte, treinta rincones arregladitos (más o menos) para que el turista eche la foto, y pare usted de contar. Y que conste que me salí del centro varias veces, y lo único que encontré con algo de gracia fueron unos pocos pubs con música en directo, aunque la mitad de la audiencia ¡también eran turistas! No obstante, comprendo que una ciudad siempre es una ciudad: es más dificultoso llegar a la gente, y la gente misma está menos atenta a las hordas turistas. Y además, entre el escocés y el inglés, contando con el error parcial de todo estereotipo, me quedo sin ninguna duda con el escocés. Por supuesto, si nos vamos a las zonas rurales de Escocia, la gente llega a ser realmente increíble, dignas de ese Paraíso marino silencioso y conmovedor...

Irán llegando esas fotos, Elvira, irán llegando Cronos mediante...

T dijo...

A mí me parece una ciudad encantadora y no sólo en agosto, cuando el Fringe y el Festival Internacional la convierten en una fiesta contínua.

Luna dijo...

Mirando las fotos, me he olvidado de algo.
Felicita a Juan de mi parte por la foto. El enfoque es perfecto y las nubes parecen estar en movimiento.
Deseo que hayan disfrutado del viaje que tantos chavales desearían. Es un privilegio tener padres así.
Me hubiese encantado haber podido hacerlo con mis padres.

Besos a todos

Sir John More dijo...

Imagino, T, que la imagen que uno se hace de una ciudad puede estar muy condicionada por las experiencias que uno tiene en ella, o por el contraste con el lugar del que uno viene... Si había alguna predisposición con Edimburgo por mi parte era buena, porque Escocia, por definición, me encanta, pero no sé, la ciudad no me convenció. Beso.

Felicitaré a Don Juan Pedro de tu parte, Luna, aunque él creo que aún tiene claro eso que dices. Juan es un chaval encantador que, además, aún no entró de lleno en la adolescencia, por lo que con él se podría ir al fin del mundo. Un beso agradecido.

T dijo...

Sí, por supuesto que lo que vives en una ciudad tiene mucho que ver en los recuerdos que te evoca. A mí Escocia entera me gusta muchísimo pero en Edimburgo he pasado días inolvidables.
¿Has conseguido ver a 'Nessie'?

;-)

Sir John More dijo...

No sólo lo he visto, sino que me lo he traído para España. Ahora cabecea con suavidad tras el cristal trasero de mi coche. Más lindo...