Andar allá arriba, rodeado de torres caprichosas, pilares del mundo, rastros de la creación, y el sonido silencioso del viento frío acariciando mi piel indefensa… Me asaltó un deseo tremendo de gritar, de expresar mi júbilo infantil y añadirlo al curso también silencioso de la vida. Me sentí un trocito infinitesimal del tiempo, una mota de polvo en la incomprensible maquinaria del universo. Pero a la vez me detuve altivo y provocador ante la belleza irresistible de plantas y piedras, de árboles caídos, de luces inesperadas, de todo ese emocionante cuento menor que bulle bajo la eternidad.
8 comentarios:
Sí, allí uno se siente menguado, feliz ante la inmensa naturaleza, siempre cambiante.
Pequeño o grande pero parte de ella, eso lo mejor
;-)
Muy hermoso
Bienvenido, sir, que sea la última vez que te vas dos o tres meses sin pedir permiso. Supongo que habiéndote fundido con los paisajes que nos traes, vendrás reconciliado con el mundo. Qué maravilla.
Encantado de que tu hilo invisible se deje ver de nuevo. Un abrazo.
Bienhallados todos. Un placer volver a leeros. Aunque ya me hubiera gustado estar dos o tres meses... dos o tres años por aquellos parajes. Me encontré a Modesto, el dueño del apartamento donde nos alojamos varios días, en Escalona (Huesca), y me dijo que salían todos los miércoles a hacer rutas por la zona, y que llevaban años sin apenas repetir ninguna... Uf... Se me ocurre que cualquier día organizamos una subida bloggo-internacional al Balcón de Pineta, y con nuestro silencio asfixiado por la subida seguro que nos comunicamos aún mejor que por aquí.
Abrazos y besos.
¿Ande hay q'apuntarse?
Hay que buscar primero a un elemento blogorganizador...
Ay querido Sir Jhon More; cuando te leo así... cuando te leo así me contagias de tantas formas.
Tú como parte de ese todo, Querido; también emocionas, también fluyes... también recreas.
Ese lugar después de ti, ya es otro.
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