martes, 6 de marzo de 2007

La Luna eclipsada

El eclipse de Luna se produce cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna. El eclipse total de Luna ocurre en días de Luna llena, cuando los tres astros, el Sol, la Tierra y la Luna se alinean, y la Tierra proyecta su sombra sobre nuestro satélite. Lo hace en un ademán de protegerla de los rayos del Sol, y con suerte acaba oscureciéndola sensiblemente. La Luna, entonces, adquiere un tono rojizo y apagado, y su rostro alegre de Luna llena entristece a ojos vistas. Aun así, la Luna conserva durante el eclipse todas sus virtudes, esa ilusión con la que por lo común navega por el horizonte, esa elegancia con la que se cuelga como una trapecista yendo encendida entre el cénit y el ocaso, esa avidez con la que absorbe el parpadeo de esta estrella o el misterio de aquella galaxia. Existen documentos que atestiguan la posibilidad de que un eclipse de Luna pueda durar muchos días, meses incluso, tal vez años. A veces la Tierra se encela con el Sol y, olvidándose de las razones de su vagabundeo espacial y de los tesoros ocultos en las constelaciones, se obsesiona con esa gema que, cierto día de la Creación, decidió quedarse a orbitar alrededor de ella. Y así, la Tierra cambia ligeramente su paso, modifica determinados parámetros magnéticos y refuerza sus recursos gravitacionales, consiguiendo de este modo que la alineación se mantenga durante un tiempo indeterminado. Para alivio de la Luna, los científicos aseguran que, ya sea por las poderosas tensiones creadas por semejante actitud terráquea, ya por las peripecias del azar cósmico (no tan raras como se podría suponer), esta situación nunca adquiere carácter definitivo, permitiendo a la Luna, antes o después, volver a jugar en el firmamento, sonriendo mientras crece, reinando plena en el cielo de los veranos, cerrando luego sus ojos, suavemente, para descansar, e invocando sueños para los niños desde su nocturno refugio en la inmensidad. Gracias a estas investigaciones, y a sus irrefutables conclusiones científicas, hoy sabemos que la Luna nunca podrá dejar de ser Luna...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tierra testaruda...
No comprenderá nunca que la luna seguirá girando a su alrededor aunque dejase de ejercer su atracción gravitatoria sobre ella... Pobre planeta azul, celoso y temeroso del astro rey y de su reino de luz. Y pobre luna, sumida en una oscuridad sin fecha

Confíando en la ciencia y en las peripecias del azar cósmico que le devolverán su brillo espera la luna paciente recordando al sol y sus prodigios.

"Y su luz subió
saltando las montañas,
traspasando el mar,
regando el mundo con su cálida verdad,
su cálida razón,
esparciendo la claridad
como una estación.

Era bello el sol
que se elevaba sobre el mundo siempre más
con su destierro de nevadas, su canción,su semillero en jubiloso despertar, erguido al viento el poderoso corazón de amar.

Su luz llegará
al reino oscuro a las torres del ayer y la simiente arrebatada
sintióse renacer
al contacto de su calor
y de su quehacer"

aldara san lorenzo dijo...

Así que la luna miró a las estrellas, les remetió las esquinas y apagando la luz se balanceó contenta en el firmamento...

Sir John More dijo...

Ojalá, It, ojalá se cumpla el cuento y tu alegre anexo... Si fuera de carácter optimista, diría que no le queda otra, pero...

Besos, lunita curiosa.