miércoles, 31 de enero de 2007

Eilean Donan Castle

Allá donde todo sigue su curso natural, donde se exiló la quietud, donde un manto de serenidad húmeda y verde se extendió a nuestros pies. Allá donde las ranas minúsculas surgen de la nada para saltar indefensas por las veredas, y las nubes te acarician las mejillas, y la lluvia tenue te acaricia el corazón. Allá donde queda un resto de silencio...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Taco de guapa la foto...si no fuese porque parece que el agua está sucia ;-)

Un beso, campeón.

Anónimo dijo...

¿por qué me habré acordado de esto que recientemente le he leído a Baldwin?
" A raiz del cambio constante y de la sensación de estar desequilibrados, es esencial para hombres y mujeres su capacidad de hacer frente a los acontecimientos. Ante todo, deben comprender que nunca avanzarán y alcanzarán la cumbre, y aceptar que así debe ser. Tienen que otorgar máxima prioridad a relajarse y disfrutar de la vida, a pesar de todo lo que hay que hacer.

Sir John More dijo...

Relajarse y disfrutar de la vida... Llegamos a este mundo programados para el deber, y si no nos buscamos deberes grandilocuentes y divinos, nos refugiamos en deberes miserables y acogedores. Llevamos en el adn varios genes de las hormigas, y al activarlos un placer idiota nos permite descansar en una especie de muerte en vida, cálida y hogareña. No, no creo que se trate de decepción por no llegar a la cumbre, se trata de un empacho de mediocridad y de palabras vacías, no encontrar casi nunca la sencilla amistad de los viajeros...

Besos tenuemente optimistas.