domingo, 20 de mayo de 2018

82 cumpleaños

Ani, Joaquín y JM 5
A pesar del cruel silencio en el que a veces encierra sus hazañas, el tiempo siempre conserva para nosotros pequeños objetos acariciados por el olvido, delicadas sensaciones que la más liviana brisa hace temblar, fragancias que escapan de la luz y de la razón como si fueran sólo fantasías de nuestra nostalgia. El tiempo guarda para nosotros la muesca feliz de una fecha en el calendario, deposita en nuestras entrañas aquel abrazo que en el momento no supimos traducir, quizá el tacto irrepetible de unos dedos envejecidos o el gesto único e inolvidable de su rostro.

A pesar de su en ocasiones obstinado mutismo, de su perseverante llevarnos lejos de lo que hemos sido, el tiempo nos sigue brindando la oportunidad de darle motivos a la memoria, y también de una forma callada insinúa, entre los dolores y la impotencia, el vínculo caprichoso que un bosque encantado tendrá siempre, siempre, con aquellos ojos que con nuestra inocencia extasiamos, con aquella devoción que nos acunó. Porque allá donde el placer anide, el tiempo construirá puentes en el laberinto, pasarelas que nos conducirán hasta el inexplicable cuidado que nos mostraron, hasta aquella entrega suya, tenaz como sólo la biología la sabe inspirar.

A pesar del silencio con que parece negarla, el tiempo la ha inmortalizado con el hilo invisible del amor, ése que, cuando todo esté olvidado, permanecerá flotando en el aire limpio de una mañana infantil, en unas páginas manchadas de éxtasis, en alguna delicia musical o en el mismo silencio de nuestra innecesaria historia.

Felicidades
Mamá