Allí se detuvo el insecto, y allí también Julián, con el corazón palpitante, con la vista nublada, y el espíritu, por vez primera después de largos años, trastornado y enteramente fuera de quicio, al choque de una conmoción tan honda y extraordinaria, que él mismo no hubiera podido explicarse cómo le invadía, avasallándole y sacándole de su natural ser y estado, rompiendo diques, saltando vallas, venciendo obstáculos, atropellando por todo, imponiéndose con la sobrehumana potencia de los sentimientos largo tiempo comprimidos y al fin dueños absolutos del alma porque rebosan de ella, porque la inundan y sumergen.
Doña Emilia Pardo Bazán acababa su libro, y mi alma, como cualquier alma expectante que se precie, estaba en vilo. Julián, el protagonista de Los Pazos de Ulloa, volvía al cabo de los años a la casa donde su querida Marcelina, Nucha, había sufrido tanto, para hacer varios hallazgos…
No echó de ver siquiera la ridiculez del mausoleo, construido con piedras y cal, decorado con calaveras, huesos y otros emblemas fúnebres por la inexperta mano de algún embadurnador de aldea; no necesitó deletrear la inscripción, porque sabía de seguro que donde se había detenido la mariposa […]
Y párense ustedes ahí, señoras y caballeros, porque Doña María de los Ángeles Ayala, experta en filología española, y al parecer en las cosas de Doña Emilia, tiene algo que decirnos que merece que interrumpamos el éxtasis final. Sobre la palabra mariposa la señora Ayala coloca la estruendosa referencia a una nota a pie de página, la número 513 de las 517 notas que reparte por el libro, una nota que dice así:
La mariposa era la representación del alma entre los griegos. Su simbolismo lo utiliza doña Emilia de la misma manera que la tradición literaria, pues la mariposa está relacionada con el fenómeno de la mutación o metamorfosis, que en cuanto salida del capullo bajo su definitiva apariencia alada evoca una salida de la tumba para una nueva existencia mejor. Se resume así el pensamiento de don Julián expresado en anteriores episodios, pues la existencia de Nucha en el pazo ha sido un auténtico calvario. La muerte la libera de tan cruel sufrimiento y el alma encuentra, felizmente, una existencia mejor.
Manda huevos. Y no contenta con haber interrumpido el final del libro, lo vuelve a hacer un párrafo después, cuando Doña Emilia describe con emoción el aspecto de la hija de Nucha:
La misma edad: idénticas largas trenzas negras, idéntico rostro pálido, pero más mate, más moreno, de óvalo más puro […]
¡Alto ahí! Imprescindible saber que eso de óvalo más puro nos lleva a que…
Como es bien sabido, a la Biblia debemos el conocimiento de los ángeles y su división en ocho grados. La primera referencia —Amor antiguo— se podría identificar con los célebres ángeles pintados por Rubens (…)
Y así un párrafo larguísimo, mayor que lo que a Doña Emilia le queda por escribir en el libro. Verán, digo todo esto por si alguien, por ingenuidad, se hace con esta magnífica novela en su sesuda edición de Cátedra, a la sazón requetearchisuperanotada por la señora Ayala, que me tenga en cuenta que de las 517 notas, 510, aproximadamente, son absolutamente superfluas y molestas, y que si la Emilia levantara la cabeza me da a mí que buscaba a la Señora Ayala y… Escalofríos me da nada más que de que pensarlo…
12 comentarios:
Y qué tendrán las notas a pie de página que nos es imposible, imposible, saltarnos ninguna. Y la rabia que da cuando es una chorrada...
Eso es porque el alma desprensiva que puso en sus manos la edición de mi libro quería torturarle de alguna intrincada manera, bajo el pretexto de ofrecerle a usted una edición fiable. Siga adelante, amigo mío, sin hacer caso a esas notas y disfrute (si es el caso) de manera virginal e ignorante del placer de la lectura.
Suya atentísima.
Pues pienso hacerle caso a Doña Emilia y no leer las notas hasta la segunda lectura.
Doña Emilia, encantada de oír su voz. De vez en cuando debería la autora o el autor aclarar esas cosillas.
Un beso a las dos
Lo dicho, aunque esté tan trillado: ¡Manda huevos!
Pues ya es hora, coño, de que alguien ponga el dedo en esa purulenta llaga de las notitas absurdas, que lejos de ser aclaratorias, interrumpen impunemente la tensión del texto, a mayor gloria (?) de supuestas mentes eruditas. Algo así como las tandas de anuncios en la tele (entre 15 y 20 minutos) cada media hora de peli.
Enhorabuena, Sir
Esto que explicas es pesadísimo. Si las lees, te hartas y no disfrutas de la obra original, y si no las lees, te crea una cierta inquietud. ¿Será un deseo del que comenta de ser más protagonista que el mismo autor?
Un beso
Jajajaja, totalmente de acuerdo contigo amart. La comparación estupenda, resulta aburridísimo y desesperante.
Gracias a todos por vuestros comentarios, incluso a Doña Emilia. Problemas familiares y de salud me mantienen algo alejado de este aparato, pero espero poder andar por aquí de nuevo en unos días. Besos y abrazos.
Y el de las notas, me pregunto, porque no escribe su propio libro... para que no se lo llenen de notas, no?
un besote querido
Besitos sin notitas aclaratorias para no liarnos
¡Cuídate y que te recuperes pronto!
una nota de calor...
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un besote mu grande, espero veros pronto...
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