miércoles, 6 de febrero de 2013

Disquisiciones patosóficas

Si Dios existe, espero que tenga una buena excusa (Woody Allen)

Cartel-Utopia-Leo-BassiEl sábado acudí al Teatro Quintero, donde Leo Bassi daba la segunda función en Sevilla de su espectáculo Utopía. Sólo había visto a Bassi en televisión, en su traje de cómico furibundo que mancha la ropa a los espectadores y los aterra con sus locuras.

Bassi salió al escenario elegante, se sentó en un banco y comenzó a hablar muy sereno de la ruina actual, y yo me pregunté: ¿cómo hará este buen hombre, él solito, sin otros actores, para mantenernos aquí sentados durante hora y tres cuartos? Unos instantes más tarde, cuando el buen hombre comentó que la función estaba a punto de finalizar, yo no salía de mi asombro… Me lo había pasado tan bien…

Leo Bassi es un tipo adorable, con apariencia de gruñón y de gamberro, sí, pero con una cultura exquisita y un alma cautivadora. Y así nos regaló hora y tres cuartos de risa, de emoción, de nostalgia, de humanidad pura y dura, hora y tres cuartos de fascinación ante un payaso en toda regla.

Poco antes del final, Bassi hizo una reflexión que me gustó: estos políticos que nos gobiernan en España, los del gobierno de ahora, los del anterior, muchos de los aspirantes a gobernarnos, creen que somos idiotas, que no entendemos nada, que pueden engañarnos con facilidad. Todos los días tratan de embaucarnos, y no pocas veces lo consiguen. Pero ¿cuándo comenzó esto, quién fue el primero que nos mintió, quién inició este engaño sistemático de las masas, a estas alturas refinado con las más depuradas técnicas publicitarias y políticas? Entonces Bassi se detuvo, se colocó en postura predicante y nos bendijo con su mano sagrada.

Sí, la religión, la iglesia es la primera manifestación fundada en el engaño sistemático y en la búsqueda de réditos económicos y de poder temporal. Por supuesto, las religiones monoteístas son sólo la continuación perfeccionada de una ilusión que viene, en algunos casos, de miles y miles de años atrás, ilusión que les sirvió a aquellas primeras criaturas para calmar su desamparo y su ignorancia. Pero hoy sabemos que ninguna organización ha conseguido alcanzar un nivel tan alto de perfección en la mentira como estas empresas organizadas del espíritu, materialistas y facinerosas a niveles aterradores.

Cristo sangranteTambién resulta asombroso cómo un truco lógico tan burdo como el utilizado por estas religiones ha conseguido que millones y millones de personas crean en sus mentiras. Imagino que ese esquema tan simple y vicioso que apela a la fe para convencer a la gente de que Dios existe es la piedra filosofal de todos los publicistas, a quienes por cierto Bassi también culpó en parte de este desastre cultural en el que sobrevivimos. Sí, convencer a gente instruida, inteligente y crítica de que la prueba fehaciente de que Dios existe se encuentra justo en su propio acto de creer es el invento de los inventos, porque no sólo es una idea simple y directa, sino incontestable. Quienes no tenemos fe no podemos entender la cuestión, ni siquiera podemos ver a Dios hasta que no dispongamos de esa iluminación divina, de punto oscuro en nuestra razón. La fe, además, no es una manifestación cultural más, sino un regalo que el mismo Dios envía a los elegidos. Y oiga, ¿quién va a rechazar a estas alturas un regalo? Estas mismas reflexiones que hago no significarán nada para los fieles creyentes, porque su creencia posee incorporada protección anticríticas. No necesitaré decir, pues, que no pretendo con este texto convertir a ninguno de ellos, aunque siguiendo la lógica recursiva de la fe, cualquiera de mis buenos amigos cristianos bien podría dar un paso en falso, apagar sin querer el antivirus durante un instante, y de pronto cuestionar no tanto la existencia de Dios, sino la inmanencia y la necesidad de la fe, y de ahí a ser uno mismo y mirar a Dios con ojos algo más razonables va sólo un pasito de nada.

PatoBassi, en su espectáculo, nos propuso una alternativa: la Iglesia Patólica. Nuestro amigo reconoció la necesidad que todos tenemos de dioses, de algún dios bueno, que nos deje vivir sin rodearnos de cantamañanas ridículos y de rancias liturgias, que crea en el ser humano, que ame a los niños sin toquetearlos, un dios que, falible, no sólo no imponga castigos sino que sepa llorar y sienta debilidades, un dios ingenuo sin afán de exclusividad, un dios con humor. Y para el cargo no se le ocurrió otro que el patito amarillo de goma con el que todos hemos jugado en la bañera de pequeños. La Iglesia Patólica considera sagrados el humor y la risa como expresión más alta de la inteligencia humana, como camino más directo a la felicidad. En sus textos, el Patolicismo reconoce “valores fundamentales como la humildad, el optimismo y el espíritu lúdico, pero reivindica también el derecho a la burla como acto transcendental”. Se declara heredero de la Ilustración y defensor de la duda que nos salva de oscurantismos, totalitarismos y supersticiones. Es una Iglesia nada idólatra ni intolerante, y por tanto una religión nueva y muy distinta de las existentes. Yo añadiría, además, y no es moco de pato, que nos ahorra todas las milongas con las que las Iglesias actuales suelen marear a sus fieles…

En el barrio madrileño de Lavapiés, el Sumo Pontífice Bassi abrió una primera capilla dedicada al dios Pato, y en ella tienen lugar varios ritos, entre los que se encuentran bautizos pero nunca a menores de dieciocho años, puesto que los bautizos a niños son considerados en esta nueva religión como anti-páticos. Y no es menos importante la creencia patológica en un mundo mejor, que no está en otros mundos, sino en éste. Es este mismo mundo, pero mejor, y por eso esta Iglesia quiere que sus fieles… no, no, perdonen, esta Iglesia, como dijo Bassi, no tiene fieles, sino amigos… así pues, la Iglesia Patólica quiere que sus amigos luchen por un mundo mejor, enfrentándose a los poderes que instituyen hoy día la injusticia y la esclavitud de las conciencias, entre los que se encuentran, y la mar de bien situadas, las religiones monoteístas y sus lucrativos negocios eclesiales.

Gloria al Pato, amén.

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10 comentarios:

Isabel dijo...

¡Genial! Me lo he perdido. Gracias por contarlo y besos.

Sir John More dijo...

Vendrá pronto, este hombre no para de moverse. Cobra a cuenta de la taquilla, para no depender de subvenciones públicas ni zarandajas, así que sobrevive y tiene que trabajar para comer. Y por eso seguro que viene pronto... Un beso.

Francesc Cornadó dijo...

Fantástico, sabios como Leo Bassi son los únicos que pueden arreglar el mundo, sabios como Bassi y algún cocinero que pueda también ayudar, y cuando todo esto se haya arreglado, por la boca de los cañones saldrán bocadillos de jamón y queso y habrá para todos, y los niños se portarán bien y los padres serán educados. Esto lo sabe Bassi y nos dice que los políticos son una infraclase de alimañas que devoran y devoran. Tuve la ocasión de ver una función suya y salí encantado.
Salud
Francesc Cornadó

Sir John More dijo...

Cañones de bocadillos de jamón y queso... ja, ja, ja... Fantástico, a Bassi le encantará como arma fundamental del ejército Paticano... Abrazos.

trimbolera dijo...

Necesitaría darte un abrazo.
He retrocedido año y medio hasta la entrada que le dedicaste a Marcos. No sé si la leí entonces, pero hoy ha sido como agua de lluvia en el desierto.
Espero poder abrazarte pronto, pero mientras tanto quiero darte las gracias por tus cariñosas palabras, preciosas fotos y el vídeo que lo ha hecho inmortal un momento. GRACIAS !!!

Sir John More dijo...

Tú mejor que nadie, Angelines, sabes que él merecía muchísimo más que esto que dije aquel día. Gracias a él y a ti por todo lo que nos habéis dado. Con sólo enseñarnos el paraíso ya sería suficiente para estaros eternamente agradecidos... Y ojalá, ojalá podamos darnos ese abrazo pronto. Le escribiré a Rajoy (trataré de no usar muchas palabrotas), a ver si... :-) Un beso muy fuerte.

Sandro dijo...

La proxima avisame que yo voy.. soy me encanta el bassi...

Sir John More dijo...

Oído cocina. En nada está esté buen hombre por aquí, tú verás...

Francisco Sianes dijo...

Me ha hecho ilusión lo de vuestro libro, Sir. Lo que no te perdono es que tengas tan abandonado esto.

Si es que ya ni se puede polemizar contigo, puñetero... ;)

Sir John More dijo...

Sí, es verdad, y créeme que me duele ya casi como si fuese mi propio hijo al que tengo descuidado. Aún más, como si fuese mi gato... He estado con mis pocas entendederas ocupadas en el libro y otros asuntos emocionales, pero prometo que, poquito a poco, me iré poniendo otra vez al día, no sólo contando mis habituales chascarrillos aquí, sino atendiendo a los amigos y sus detalles. Abrazo, buen hombre.