Son todos lugares que conozco y que dejé de ir hace años, salvo a Vitoria, cuando alguien me comentó muy ruiseño y sin venir a cuento, que allí no había un grupo terrorista, era un grupo de gente revoltosa que de vez en cuando hacían travesuras. Me mantuve callada y aún me pregunto la razón de mi silencio, cuando no hacía ni un mes mi hija pequeña había tenido que salir corriendo de un lugar donde había estallado un coche bomba. Me costará volver...
Sí, yo también vine algo perturbado por el ambiente en determinados lugares. Vitoria nos pareció una ciudad abierta, hermosa y cosmopolita, aunque asistimos a una manifestación de individuos que pedían libertad para uno que no entendía muy bien lo que era el derecho a la vida de los demás, pero fue minoritario. El resto del viaje por el País Vasco nos sentimos regular, con sentimientos encontrados porque nos cruzamos con muy buena gente y con muestras terribles de que aún hay mucha gente que por una idea y por una nación son capaces de matar y de aplaudir a los asesinos. Sin que esto que digo suponga negar el derecho de cualquiera a convertirse en un país, que por cierto luego debería respetar que cualquier comunidad vuelva a separarse de ellos. En fin, es un tema complejo, pero no me sentí demasiado tranquilo en algunos sitios. Aun así, lugares hermosos por todos lados... Besitos, Lunita.
Es mi misma sensación. Reconozco su belleza, desde luego y la libertad de cada lugar a elegir como quiere vivir y dejar vivir a los demás. Tampoco debe ser cómodo para ellos.
Me acabo de acordar de algo que sucedió con mi hermana en el pueblo serrano de Madrid.
¡ La que se montó! Ellos traian su coche, matrícula de Vitoria, se les había pinchado una rueda en el camino, a cinco kilómetros del pueblo y dejaron la rueda en el asiento trasero para llevarla a arreglar al pueblo.
Agosto, coche cerrado y la rueda estalló dentro del coche frente a la casa de uno que era guardia civil. Nosotros en casa sin enterarnos. De pronto empezaron a sonar sirenas y a pasar coches de la guardia civil y como no es normal en un pueblo tan pequeño, salimos extrañados. Rodeaban el coche armados hasta los dientes ¿Qué pasa? preguntó mi cuñado y todos. No se acerquen, parece que hay explosivos en el coche. Estamos esperando a los especialistas...
Cuando le dijimos que el coche era de casa y vimos lo sucedido,no sabíamos si reír o llorar.Ellos y nosotros El guardia les había llamado al oír la explosión y al ver matrícula de Vitoria, se asustó.
Eso sí, el coche quedó destrozado por dentro y mi hermana y mi cuñado hechos polvo por el coche y por la situación.
A mí me pasó algo parecido en Madrid, aunque con matrícula de Sevilla. Dejé el coche aparcado en una calle de La Ventilla, porque íbamos a ver a unos amigos, y cuando nos alejamos del coche estalló el gas del aire acondicionado. Luego nos contó un señor de un taller cercano al coche que pasaban dos mujeres y casi se mueren del susto, y que todo el mundo pensó en un atentado. Afortunadamente, eran otros tiempos... Más besos...
4 comentarios:
Son todos lugares que conozco y que dejé de ir hace años, salvo a Vitoria, cuando alguien me comentó muy ruiseño y sin venir a cuento, que allí no había un grupo terrorista, era un grupo de gente revoltosa que de vez en cuando hacían travesuras.
Me mantuve callada y aún me pregunto la razón de mi silencio, cuando no hacía ni un mes mi hija pequeña había tenido que salir corriendo de un lugar donde había estallado un coche bomba.
Me costará volver...
Besos
Sí, yo también vine algo perturbado por el ambiente en determinados lugares. Vitoria nos pareció una ciudad abierta, hermosa y cosmopolita, aunque asistimos a una manifestación de individuos que pedían libertad para uno que no entendía muy bien lo que era el derecho a la vida de los demás, pero fue minoritario. El resto del viaje por el País Vasco nos sentimos regular, con sentimientos encontrados porque nos cruzamos con muy buena gente y con muestras terribles de que aún hay mucha gente que por una idea y por una nación son capaces de matar y de aplaudir a los asesinos. Sin que esto que digo suponga negar el derecho de cualquiera a convertirse en un país, que por cierto luego debería respetar que cualquier comunidad vuelva a separarse de ellos. En fin, es un tema complejo, pero no me sentí demasiado tranquilo en algunos sitios. Aun así, lugares hermosos por todos lados... Besitos, Lunita.
Es mi misma sensación.
Reconozco su belleza, desde luego y la libertad de cada lugar a elegir como quiere vivir y dejar vivir a los demás.
Tampoco debe ser cómodo para ellos.
Me acabo de acordar de algo que sucedió con mi hermana en el pueblo serrano de Madrid.
¡ La que se montó!
Ellos traian su coche, matrícula de Vitoria, se les había pinchado una rueda en el camino, a cinco kilómetros del pueblo y dejaron la rueda en el asiento trasero para llevarla a arreglar al pueblo.
Agosto, coche cerrado y la rueda estalló dentro del coche frente a la casa de uno que era guardia civil. Nosotros en casa sin enterarnos.
De pronto empezaron a sonar sirenas y a pasar coches de la guardia civil y como no es normal en un pueblo tan pequeño, salimos extrañados. Rodeaban el coche armados hasta los dientes
¿Qué pasa? preguntó mi cuñado y todos.
No se acerquen, parece que hay explosivos en el coche. Estamos esperando a los especialistas...
Cuando le dijimos que el coche era de casa y vimos lo sucedido,no sabíamos si reír o llorar.Ellos y nosotros
El guardia les había llamado al oír la explosión y al ver matrícula de Vitoria, se asustó.
Eso sí, el coche quedó destrozado por dentro y mi hermana y mi cuñado hechos polvo por el coche y por la situación.
Besos
A mí me pasó algo parecido en Madrid, aunque con matrícula de Sevilla. Dejé el coche aparcado en una calle de La Ventilla, porque íbamos a ver a unos amigos, y cuando nos alejamos del coche estalló el gas del aire acondicionado. Luego nos contó un señor de un taller cercano al coche que pasaban dos mujeres y casi se mueren del susto, y que todo el mundo pensó en un atentado. Afortunadamente, eran otros tiempos... Más besos...
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