martes, 31 de marzo de 2009

Gustocracia musical

Bendito mundo… Ya hablé de las delicias musicales que uno puede encontrar si se acostumbra a las noticias de Radio 5. Hoy la cosa me cogió con las manos llenas de mistol, recogiendo la cocina en el sopor de la sobremesa, y me tragué unos pasajes dignos de esta buena gente. En uno de esos microespacios que salpican su programación de retales, una mujer comentaba con científica profusión de cifras las perniciosas consecuencias que la tecnología está teniendo sobre los niños y niñas de este país. Todos los niños pasan más de tres horas al día delante de la televisión, mientras que ni por asomo dedican un tiempo igual a los estudios. Hablaba la buena mujer sobre los efectos nocivos de este hecho sobre la formación de los niños, reclamando la intervención de los padres para ismael_serranovigilar, con elegancia y respeto, los hábitos de sus infantes. Todo ello, supongo, en bien de la inteligencia de estos chiquillos, de su capacidad de razonamiento y de su sensibilidad.

La señora ilustraba la noticia con la canción que ahora siento presentarles. Sé que a algunos les costará mucho trabajo tragársela entera, pero tranquilos porque en un periquete se nota que la música del señor Serrano (autocantor de bien) es simple como un ladrillo, y sólo con escuchar las primeras estrofas se puede observar la asombrosa calidad de la letra. De todos modos, y tal vez pidiéndoles un esfuerzo sobrehumano, les aconsejo que oigan la canción completa, y luego se respondan honestamente si es para darle un sillón en la Real Academia o mejor concederle directamente el premio Nobel de Literatura.

Por supuesto, los amigos de Radio 5 no se conformaron con esa muestra extraordinaria de cultura inteligente y sensible, sino que en el siguiente espacio, dedicado expresamente a la música (sin reloj que poder mirar, y con las manos llenas de mistol, ¡cómo esperaba yo el boletín de noticias!), un locutor con voz de entendido presentó a un grupo peruano llamado Radio Quijada, de cuyo arte, lamentablemente, no he podido conseguir ninguna muestra. Créanme que me recordaron a aquellas cancioncitas de los Tres Sudamericanos… ¡Qué digo! Dejémoslo en Luis Aguilé, pero eso sí, sin su gracia proverbial y seguramente sin aquellas hermosas corbatas. Y el locutor los presentaba como si fuesen el no va más de la música tradicional mundial.

mana Ahora comprendo por qué el otro día le ocurrió aquello a mi hijo pequeño. En una clase de lengua y literatura, y abundando su profesora en cuestiones poéticas, la buena mujer quiso demostrar a los niños que la poesía brotaba por todos lados, y no se le ocurrió nada mejor que ponerles a los pobres míos una canción de Maná. “También esto es poesía”, parece que les dijo. No conozco un arte más instintivo y directo, ni ninguno tan maltratado (por una especie de gustocracia) que la música.

11 comentarios:

T dijo...

Lo de la profesora de tu hijo responde, creo yo a tres causas: ganas de ser 'coleguilla' de sus alumnos, empeño en ser "muy moderna" y, last but no least, ser una simple peligrosísima.

Doy por sentado que de poesía, la buena señora no tiene ni idea.

Francisco Sianes dijo...

Calvinista como soy, me he propinado (completa) la canción serrana. Lo suyo (y, ay, lo mío) es puritito masoquismo, milord.

[Magnífico ejemplo de esas experiencias involuntariamente jocosas a las que uno asiste oscilando entre la hilaridad y el embarazo.]

[[Si yo le contara cómo he sufrido, en silencio hemorroidal, las acometidas de toda una laya de cantautores para contentar, en mi ya lejana y candorosa juventud, a mis primeros ligues... ¡Ayme guay!]]

Anónimo dijo...

La "leshe"...
El serrano este tenía que estar "enjamonao" y envasado al vacío, a ver si deja de dar la lata. ¿Alguna vez se habrán oído desatinos más gordos que los de este tipo que presume de "cantautor"? Dioses del Olimpo...

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Francisco Sianes dijo...

Se dice el pecado, mas no el pecador. Maestra he yo conocido que entregara a sus pupilos, con impasibilidad admirable, estos versos...

“Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.

Nunca persequí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse…

Nunca perseguí la gloria.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino
sino estelas en la mar…

Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”

Golpe a golpe, verso a verso…

Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”

Golpe a golpe, verso a verso…

Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”

... firmados por don Antonio Machado.

sean o'no sean dijo...

Buenos días Sir. Escribe uno que sobrevivió a la escucha. ¡La madre que lo parió, que tranquila se quedó! ¿Explicamos su promoción y su consumo? Que dios nos coja confesados. Ahora, mucho peor es esa cosa decibélica, ese martirio de los semáforos que prolifera y que llaman reggaeton, machista y violento para mayor inri. Saludos a tod@s.

Sir John More dijo...

Sí, T, pero ¿sabes?, creo que lo que ocurre es algo que ya he apuntado varias veces en el Hilo: hay gente verdaderamente experta en varias artes, incluso en determinadas parcelas de la música, y que no acaba de enterarse realmente de qué va la música. La música es la gran maltratada de las artes, y así existe mucha gente entendidísima en, por ejemplo, música clásica, que considera que todo lo que no suene clásico o no esté sancionado como música seria es basura. Igual que hay forofos del rock incapaces de paladear a Vaugham Williams o a Purcell. En la base existe una sociedad en la que cualquiera se siente en el derecho de decidir no qué quieren y qué no quieren escuchar, sino qué es música de calidad y qué no lo es, incluso tratar de transmitírsela a unos alumnos...

Ay, Don Francisco, cuántas tonterías no habremos hecho (y cuántas no haremos) por amor... Curiosamente, ayer conversaba yo con un amigo sobre el tema de Serrat y la poesía. Él me decía, con mucha razón, que si alguien preguntara a Serrat si es poeta, éste lo negaría inmediatamente. Él ha cantado a los poetas, y como letrista, y en varios de sus discos, es un hombre bastante decente, pero de ahí a que sea poeta... Je, je, y lo del poema de Machado, bueno... Seguro que el pobre anda removiéndose en su tumba. Con lo sensible que era...

Ahí está, Ana. Conozco a alguna buena gente a la que todavía le gusta este muchacho de la serranía, y por eso no me atrevía yo a decir lo que tú bien dices. Suscrito hasta la última letra y hasta el último de los Dioses...

Querido Sean, soy un furibundo detractor de esa manía generalizada de rechazar todo un estilo musical, rechazo que suele coincidir con la ignorancia, pero que el Diablo me lleve si oí alguna vez algo mínimamente musical en el reggaeton, en el hip-hop o en el mismo reggae, estilo que usado en dosis pequeñas y mezclado con otros valores musicales ha dado mucho de sí, pero que así, en dosis de caballo tipo Bob Marley y su descendencia, era una de las cosas más plastas que he conocido. Obsérvese ese grupo que me produce sarpullidos reales que es UB40. Por Dios, creo que si alguien me obligara a escuchar un disco entero de estos chavales me suicidaría por no llegar al final. Los prohibiría por ley...

leo dijo...

Pa habennos matao... Qué horror. Pretende ser gracioso, ¿no? y se queda en casposo. Vivir para ver.

Sir John More dijo...

Oye, pues yo es nombrar este imitador lastimoso de Serrat y se me echan encima diez admiradores...

"¡Qué potra saber que siempre me seré fiel!
¡Qué suerte desde un principio caerme tan bién!
(...)
¡Qué bonita, qué divertida es conmigo la convivencia!
¡Descojonarme de mi última ocurrencia!".

¡Qué poeta!

Besos, Leo.

RosaMaría dijo...

Es lamentable, por aquí pasa lo mismo, imitaciones fallidas, poca creatividad, mucho marketing y oyentes de poco oído. Besotes

Sir John More dijo...

Menos mal que la música puede ser también (y sobre todo) una experiencia solitaria. Así podemos disfrutarla aunque el aire esté lleno de un runrrún desquiciado...

Un beso.