miércoles, 29 de abril de 2009

Feria…

27042009(002)Escapo hasta el domingo del agujero negro de la Feria de Abril. Suelo entrar en ella temiendo a la muchedumbre, pero las tres primeras cervezas, que sólo se beben para calmar la sed del albero y la caminata, y las primeras botellas de manzanilla que pasan y se derraman en tu vaso sin advertirlo, me anestesian pronto, y en breve dejo de saber dónde estoy exactamente. Ésa es la gracia de la Feria. Bueno, y cuando bailas sevillanas casi sin saber pero compensando la ignorancia con el arte desinhibido del alcohol. Y todo lo demás, claro…

La sierra de Málaga y sus pueblitos nos esperan para leer y caminar, y detenerse…

viernes, 24 de abril de 2009

¡Que viva el socialismo!

Mi padre vive ahora siempre acostado; es alimentado con jeringas, a base de purés, zumos y yogur, pero adelgaza progresivamente y va perdiendo las pocas capacidades de relación que le quedan. Raramente atiende cuando se le habla, y los escasos y fugaces momentos en que mantiene los ojos abiertos los fija en algún punto indefinido, sin mirar nada, pensando dios sabe qué. Cuando intenta hablar no sabe bien qué dice, y ya no se entienden las dos o tres palabras que consigue balbucear.

Hace unos días tenía cita con el neurólogo. Debíamos acudir a las nueve de la mañana al Policlínico del Hospital de la Macarena, y como mi padre se encuentra en una residencia, en un pueblo cercano a Sevilla, y dado su estado, pedimos una ambulancia para que lo transportara. Se me informó que si quería acompañarlo debería estar en la residencia a las siete de la mañana, es decir, dos horas antes, puesto que la ambulancia podría venir en cualquier momento entre las siete y las nueve. La mañana estaba muy fría. Cuando llegué a la residencia ya tenían vestido y preparado a mi padre en la silla de ruedas. Lo vi más despierto que de costumbre, y se mantenía mínimamente erguido. Nos hicieron pasar a una pequeña y mal iluminada sala de espera, donde hacía bastante frío, por lo que pedí una manta para mi padre. Hay que decir que la residencia es privada, pero la mayoría de los residentes están en plazas concertadas con la Junta de Andalucía.

La ambulancia apareció a las nueve menos cuarto pasadas. Un tipo con muy mal humor y aspecto chulesco, sin dar siquiera los buenos días, llegó y, con mucha parsimonia, fue preparando la ambulancia para subir a mi padre. Ya llegábamos tarde a la cita, pero imaginaba que no habría problema puesto que quien nos demoraba era el propio Servicio Andaluz de Salud. Pusimos así rumbo al Hospital, con un traqueteo digno de la peor tartana. Al parecer, las ambulancias destinadas al transporte no urgente de enfermos son las antiguas ambulancias que van siendo jubiladas. Si en la sala de espera hacía frío, en la ambulancia el frío se palpaba, soplaba por todos lados.

Llegamos al Policlínico y un celador, que colocó a mi padre en una silla de ruedas, nos indicó amablemente que la consulta de neurología se encontraba en la primera planta. Subimos en ascensor, improvisado en uno de los rincones de aquel antiguo edificio que llevan décadas remodelando. Esperamos en una sala que originalmente había sido un amplio lugar de paso, y que ahora habían llenado de sillas para que los enfermos esperaran a entrar en las múltiples puertas que rodeaban la sala. No tardaron mucho en llamarnos y entramos. Alguien tuvo que ayudarnos a abrir la segunda hoja de una puerta vieja y rota que daba paso al departamento de neurología, puesto que la silla de ruedas no entraba. No lejos de la entrada se encontraba la consulta del neurólogo, donde comprobé pronto que la silla de ruedas apenas cabía. El neurólogo era un señor de mediana edad, muy amable pero también muy triste. Y realmente no me extrañó nada su tristeza puesto que el despacho era minúsculo: lo reducido de aquel habitáculo, el escaso y gris mobiliario y la falta absoluta de luz natural creaban un ambiente de hacinamiento que, día tras día, habrían mustiado a un ermitaño.

Como suponía, este hombre pensaba que era la primera vez que acudíamos al neurólogo, y no tenía sobre su mesa el largo historial de mi padre. Lo informé de todo, de los medicamentos que tomaba, pero tanto él como yo sabíamos que el momento de su enfermedad ya no requería de tanto estudio ni de tratamiento alguno. De hecho, me confirmó que haberlo llevado allí había sido una barbaridad, y se lamentó de que no hubiéramos podido hablar antes, algo que el sistema no contempla, por supuesto. Le mantuvo el medicamento contra el Alzheimer, pero indicando que ya le serviría de bien poco. También me reafirmó en la certeza de que la residencia donde está mi padre es una verdadera porquería: entre otras cosas, el médico que atiende allí a los ancianos tiene aspecto de ser ese médico que, en las películas de delincuentes, es el único al que puedes acudir para que te extraiga una bala o te remiende un tajo sin dar aviso a la policía. Por supuesto, éste, como el de las películas, parece más veterinario que médico. Hace un tiempo le suspendió a mi padre la medicación contra el Alzheimer con el argumento de que producía somnolencia, puesto que mi padre estaba muy decaído y se dormía en la silla de ruedas. El neurólogo me confirma que esta medicación no sólo no produce somnolencia, sino que produce insomnio…

Salimos con mucho trabajo de la consulta del neurólogo y volvimos a la planta baja. Para que una ambulancia viniera a devolvernos a la residencia, debíamos llamar con un teléfono interno al servicio de ambulancias. Tardé un buen rato en conectar con este servicio, pero al fin me dijeron que nos mandaban una. Tardó una hora, hora que pasamos en aquella sala abierta a la calle y a varios pasillos interiores, y por la que corría el aire frío de la mañana. La ambulancia que nos llevó no desmerecía en nada a la primera. Llegamos a la residencia a las doce de la mañana, y al dejar allí a mi padre pensé que igual no había que esperar a que el Alzheimer se lo llevara porque quién sabe si había cogido una pulmonía en el viaje.

Parlamento Junto al Hospital de la Macarena se encuentra otro antiguo hospital, que ahora no funciona como tal. Es el antiguo Hospital de las Cinco Llagas, sede actual del Parlamento de Andalucía. El edificio fue, sin mucha demora, reformado con todo detalle en sus estancias principales, tanto en su interior como en los exteriores. Jardines intachables preceden y salpican una construcción a la que, según me refieren, no le falta un detalle. Los despachos de nuestros más altos representantes se alzan en un lujo acorde con las maneras y las finas costumbres de sus ocupantes; incluso algunas de estas estancias poseen un pequeño y coqueto montacargas conectado con el restaurante, que es manejado, obvio es decirlo, por la servidumbre empleada a tal efecto. Por supuesto, no dudo que tanto la alcurnia de estos dirigentes socialistas, como las agotadoras e ingratas tareas que deben cumplir justifican suficientemente estos lujos. Al fin y al cabo, el otro hospital se dedica a gente inespecífica, a trabajadoras y trabajadores con oficios vulgares, a amas de casa, a lisiados, a niños que tienen tanto que aprender de la vida… En cambio, el Parlamento es la sede de la Soberanía Popular, el corazón de la Democracia. Todos participamos, de una u otra forma, del notable confort y la elegante suntuosidad de este edificio, e incluso podemos sentirnos imaginariamente dentro de esos trajes a medida, de ese variado vestuario que exhiben nuestros representantes, y podemos viajar, virtualmente, en los vistosos automóviles con los que se desplazan, y disfrutar de los viajes y las cenas, de los aniversarios institucionales, de las entregas de medallas y otros fastos, de la tranquilidad de sus respectivas familias extensas y de sus amigos más fieles, en resumen, de todo lo que este régimen popular pone a disposición del político para que represente con señorío y sin mancha a la plebe. El Socialismo, vaya.

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jueves, 23 de abril de 2009

Ratzinger intelectual

Me permitirá mi amiga T que le conteste en un nuevo artículo a su comentario en Salvemos a los que no quieren creer, que convendría leer completo. En este artículo citado yo intentaba abjurar de VATICAN-POPE-MASSestos teólogos y miembros de la Iglesia que, algo díscolos con la jerarquía oficial, ocultaban, en esa crítica aparentemente revolucionaria y progresista en la que andan embarcados, su verdadero afán proselitista y su deseo de salvar a todas las pobres almas que no creemos en el Señor. En el artículo salió el Papa a escena, y la opinión del embajador español en la Santa Sede, Francisco Vázquez, socialista de pro, que hablaba de Ratzinger como uno de los grandes intelectuales europeos de estos tiempos. Entonces T me hizo una serie de puntualizaciones sobre Ratzinger y su intelectualidad, sobre la teología y la importancia de la fe.

Y bueno, tengo que decir que leí a algunos teólogos en mi juventud, pero no me convencieron demasiado. De entre ellos reconozco que sólo recuerdo a Hans Küng, y más por su fama de alborotador y por el grosor de sus libros, que por sus ideas. Aunque no soy, por supuesto, un experto, considero la teología una disciplina bastante artificial y tan prescindible como la astrología, puesto que en ella lógica y razonamiento se topan precisamente con el problema de la fe. No hay que confundir el hecho de profesar una fe, derecho innegable, con la intervención de la fe en la formación del pensamiento. La fe siempre ha sido una tabla voluntaria de salvación para cuando el entendimiento humano no llega hasta la orilla de un conocimiento, y por tanto cada uno eligió su fe como quiso. En cambio, todas las ciencias versan sobre cuestiones estrictamente humanas, y todas sin excepción buscan explicar la realidad, o al menos preguntarse por ella jugando con argumentos que se relacionan lógicamente y que tienen que ver con nuestros conocimientos sensibles. La teología estudia al ser divino y sus obras, pero siempre en función de este ser divino, es decir, se basa fundamentalmente en la fe inquebrantable en dicho ser, y sin esa fe todo el edificio se derrumba. Puesto que no tengo fe en la existencia de Dios, no me interesa demasiado la teología. Aunque sí me interesa el hecho religioso, por supuesto, pero a éste como tal lo trata la antropología de la religión, que debe intentar siempre basar sus conclusiones en hechos y no en creencias. Y esto no es un repudio generalizado de la creencia a favor del hecho demostrable, sólo que, como ya he explicado varias veces en este blog, puestos a creer, prefiero creer en cuestiones más interesantes que Dios y sus historias.

RatzingerSi llamamos intelectual a aquella persona que aplica la inteligencia a alguna disciplina concreta, tal vez el señor Ratzinger pueda ser considerado un intelectual e incluso de los mejores. No dudo que debe ser muy, muy listo para haber llegado donde ha llegado. En este sentido, Jack el Destripador fue también un gran intelectual, e incluso José María Aznar. Yo, sin embargo, prefiero llamar intelectual a aquella persona que trabaja las ideas con una mente abierta, con la que (dicho sea con toda la humildad del mundo) no tengo por qué estar de acuerdo, por supuesto, pero que conoce y considera (respeta) las ideas de los demás, y permite que este conocimiento y el diálogo limpio, libre de ideas intocables (artículos de fe), pueda modificar, enriquecer y hacer avanzar su discurso. Por supuesto, no es el caso de este señor y de muchos otros dirigentes de la Iglesia, que demuestran esa característica artificial de la teología elaborando escritos que, más que aportes al acervo cultural de la humanidad, acaban siendo homilías que sin la fe no conservan ninguna consistencia. Muy, muy distinto, es el hecho de que intelectuales y científicos que han realizado grandes aportaciones a ese acervo sean creyentes; claro, no hay ningún problema. Imagina que soy médico y creo en los duendes del bosque. Puedo ser un magnífico médico mientras aplique mis conocimientos médicos, y sólo dejaré de serlo en el momento en que trate de curar a alguien convocando a los duendes. La creencia en los duendes no impide que sea un buen médico. Esta creencia es bastante más antigua que la creencia en Dios, en el Dios cristiano, me refiero, pero hay que reconocer que el éxito de la segunda es bastante mayor que el de la primera. Aun así, en mi opinión, eso no demuestra más que los encargados de propagar la creencia en Dios fueron bastante eficaces en términos comerciales, mientras que los creyentes en los duendes raramente nos preocupamos de hacer proselitismo, y no precisamente por falta de ideas…

Pero aparte de no considerarlo un intelectual por esta razón, creo que este señor Ratzinger se dedica a propagar por el mundo ideas reaccionarias y muy, muy peligrosas; dirige una institución con una historia oscura y sangrienta que da muchas muestras de andar deseando volver a los años en los que la ley coincidía con su moral interesada; una institución dirigida por señores cuyas vidas son ejemplo de hipocresía, predicando algo que no se aplican a sí mismos, y no pocos de ellos cometiendo delitos (impunes las más de las veces) contra niños y personas indefensas; una institución machista y retrógrada que, por cierto, yo debo sostener con el sudor de mi frente, me guste o no… En fin, podría seguir, pero haría una entrada (aún más) insoportablemente larga.

Fieles_plaza_San_Pedro_Vaticano_acuden_oracion_Angelus Sólo queda comentar que me parece lógico que lo que diga este señor sea importante para todos los católicos que admiten que este tinglado proviene sin desvíos de la palabra de Jesucristo, pero ello no evita que siga pensando que las decisiones papales (sean divinas o humanas) y esa potestad de hablar, ahora ex catedra, y ahora como un mortal más, están absolutamente bajo el capricho de este Señor y de todos sus predecesores, salvo del pobre Juan Pablo I, que parece que subió a los cielos antes de que naturalmente le llegase su hora. Creo que entre los creyentes hay tantas personas inteligentes y valiosas como entre los no creyentes (las leyes de Cipolla son aplicables en cualquier situación), pero sigo sin entender por qué se puede creer en una ilusión tan enrevesada y artificial como es la de la Iglesia Católica, y hasta ahora nadie, ninguno de mis amigos cristianos ha sabido darme más explicación que una que sólo puedo comprender tratando de no comprender, cerrando los ojos: la fe. Y no me sirve, lo siento, mi vista no sólo es corta en el terreno físico, sino parece que también en el espiritual…

Con todo mi respeto…

martes, 21 de abril de 2009

Chascarrillos sevillanos

ChavesPECHOS Y DOLO.- Cierta consejera andaluza respondía el otro día a una parlamentaria autonómica popular, que había usado el tema del presunto asesinato de la chiquilla Marta del Castillo para sus interminables disputas pseudopolíticas. La señora consejera dijo que su colega conservadora no debería “sacar pecho en un asunto tan doloso como el de Marta del Castillo”. Impresionante…

IMPARCIALIDADES.- El otro día, el buen hombre y líder del simpático grupo de los Mojinos Escozíos, el Sevilla, mientras hablaba de la marcha de Chaves al Gobierno Central, dijo que Don Manuel (el andaluz, no el bético), como vicepresidente, no podría dejar de ser imparcial con Andalucía, y que así lo mismo se nos cabreaba el resto de autonomías …

quiosco PRIMERA PIEDRA.- En cualquier obra de envergadura se suele, al inicio de la construcción, enterrar una primera piedra, en cuyo interior hueco se depositan objetos alusivos al día, entre ellos un periódico. A alguna mente maravillosa del Metro de Sevilla se le ocurrió que, para no ser menos que nadie, nosotros enterraríamos no una piedra con un periódico, sino todo un quiosco. Aunque otras fuentes indican, sin embargo, que el objetivo fue colocar el primer establecimiento de prensa en el metro.

COSAS QUE PASAN.- Por cierto, no me he montado y trataré de tardar en montarme un par de añitos. No me fío, no me fío un pelo. Durante las obras, un puente que se construía para las vías se les cayó a plomo justo sobre la ronda de circunvalación de la ciudad. Gracias a algún espíritu compasivo, el puente se cayó cuando la carretera estaba prácticamente vacía. Si hubiera ocurrido en hora punta, la tragedia hubiese sido inmensa. Hasta ahora no he oído que nadie haya pagado por su irresponsabilidad. Bah, y es que estas cosas pasan… Además, en España los errores graves y los despilfarros nunca se pagan. Bueno, sí, los pagamos todos…

2735_queipo SEVILLA ETERNA.- El domingo de resurrección pasé con mi amiga alemana cerca de la basílica de la Macarena. Una multitud bullía entrando y saliendo de la Iglesia. Mi amiga querría fotografiar la iglesia y las imágenes, famosas en el mundo entero. Ella es protestante, y en sus iglesias no existen imágenes, por lo que todo esto para ella era de unmacarena colorido subyugante. Así que entramos, vagamos un rato entre la muchedumbre que abarrotaba la iglesia, pero cuando vi la tumba de Queipo de Llano, y cuando a  continuación me fijé en el fajín que porta la Virgen, regalo de ese malnacido, el estómago comenzó a levantárseme. Por fortuna mi amiga ya había hecho muchas fotos y comenzaba a agobiarse también por la bulla, así que salimos, y entre ciertos deseos de vomitar, pude leer la placa de inauguración de la basílica, donde rezaba que el Generalísimo e Increibilísimo Caudillo había estrenado aquel antro por primera vez, justo en la puerta a un barrio donde montones de personas fueron asesinadas por estos dos generales.

Salvemos a los que no quieren creer

Hace unos días, algunos teólogos, monjes y otras personalidades cristianas se reunieron y pregonaron a los cuatro vientos sus profundas desavenencias con la representación viva de Dios en la Tierra. Como suele ocurrir con las cosas de la religión (para nada afectadas por la lógica), y de forma bien repentina, toda la impepinable infalibilidad del Santo Padre se desvanecía hasta convertirse en sólo el recuerdo de la enésima mentira. Pero es más, ahora el oscuro Ratzingegran_viñeta_roto2r no sólo se equivoca, sino que lo hace adrede y con mala voluntad, en una especie de prevaricación divina.

Estas bellas personas, preocupadas por el papel del cristianismo en este valle de lágrimas, criticaron la lejanía que anda fraguando el actual Papa entre la Iglesia y la sociedad. “La pérdida de credibilidad de la institución católica –declaraban estos señores– está alcanzando cotas preocupantes. Este descrédito puede servir de excusa a muchos que no quieren creer, pero es también causa de dolor y desconcierto para muchos creyentes”. A ver si me aclaro: algunos hijos de Dios no queremos creer, es decir, no deseamos tragarnos toda esa sarta de mentiras podridas, corrompidas por el tiempo y por esa utilización empresarial y sucia de la soledad del ser humano y del sentimiento religioso de las personas; pero para negarnos a creer, por lo visto, necesitamos buscar una excusa. Y este Papa inconsciente nos la brinda con ese descrédito que cada día cultiva con sus ideas reaccionarias y peligrosas.

Más adelante, introduciendo una idea que no tiene mayor interés, estos señores declaran: "Durante gran parte de su historia, la Iglesia fue una plataforma de palabra libre”. De aquí vuelan los Francisco Vázquez besa el anillo del Papateólogos y expertos religiosos a solicitar que la Iglesia vuelva a ser esa plataforma de palabra libre. No obstante, cualquiera que sepa un poco de historia, y no digamos si se tienen conocimientos sobre la Historia Universal, podría preguntarse si estos revolucionarios viven en la Tierra o se mudaron hace tiempo a Ganímedes.

Con estas ideas rozando mi irritación, escucho al ex alcalde de A Coruña, hoy embajador español ante la Santa Sede, Francisco Vázquez, afirmar en la radio que Benedicto XVI es hoy día uno de los intelectuales más prestigiosos del mundo, y que en todas estas tonterías del condón y del aborto está siendo mal interpretado. Pero vaya, no creo que haya que referirse a personaje tan siniestro (el ex alcalde) para comprobar la lamentable falta de laicidad del socialismo español, que, parapetado en dos o tres leyes blandiblú, se enfanga con fruición, aquí y también allá, en las sacrosantas costumbres de la Santísima Madre Iglesia.

Resumiendo: nos salvarán del reaccionario Ratzinger unos hippies bondadosos que buscan, mediante la revolución conciliar (vaticana segunda, claro), ese futuro de igualdad y fervor en el que todos seamos hijos e hijas de Dios, y en el que los díscolos no podremos ya encontrar excusas para no querer creer en el Altísimo. Tengamos en cuenta que el Altísimo existe precisamente gracias a las suscripciones de fe… Si no fueran estos hippies, será nuestra clase política la que nos salvará, la misma que se enfunda un frac y agarra un cirio a las primeras de cambio. Arrepentíos, hermanos compañeros, porque se acerca el futuro idílico del socialismo cristiano, donde el progreso y la bondad nos cubrirán con su dulzura pegajosa, mendaz e inculta.

miércoles, 15 de abril de 2009

¡Larga vida a los bonobos!

bonobo2 Los chimpancés son los parientes vivos más cercanos al ser humano, y de ellos se conservan dos especies, el chimpancé común y el chimpancé bonobo. Este último suele ocupar regiones en la orilla opuesta de las que ocupan sus vulgares primos. Basta conocer un poco el comportamiento general de estos bonobos para comprender por qué reniegan de esas otras criaturitas aparentemente tan monas que tanto asistieron a Tarzán y a la NASA.

El bonobo es un chimpancé más pequeño, ligero y delicado que el chimpancé común. Tiene orejas pequeñas, labios rosados, cuello delgado y las hembras pechos ligeramente prominentes, más prominentes que el resto de los chimpancés, aunque no tanto como las hembras humanas (a las que aprovecho para saludar efusivamente). Entre ellos se da una diferenciación facial mucho más acusada que la que se produce entre los chimpancés comunes, es decir, con sólo mirarse a la cara se reconocen como individuos distintos. Anda erguido una cuarta parte del tiempo, y desarrolla una cultura matriarcal y bastante igualitaria (términos no obligatoriamente excluyentes, como tampoco lo son obligatoriamente el patriarcado y la igualdad de género), con algunas jerarquías poco acusadas y nada determinantes. Pero la diferencia fundamental con su primo reside en la importancia mayúscula que la actividad sexual cumple en su vida, tanto en su vida personal (o chimpancial) como en sus relaciones sociales.

Lo realmente alucinante es que uno de los más relevantes primatólogos del mundo afirme que estos animalitos son capaces de manifestar altruismo, compasión, empatía, amabilidad, paciencia y sensibilidad, todas ellas virtudes bien raras entre los primates… entre todos los primates.

bonobo Mientras que los chimpancés comunes se muestran extremadamente violentos con los extraños, incluso organizando batidas para pillar desprevenidos a machos solitarios que anden por la zona, los bonobos prefieren claramente el sexo. De ahí que busquen orillas contrarias a sus belicosos parientes, con un río de agua mojada e insalvable de por medio. Obvia decir que los chimpancés bonobos son considerados animales mucho más inteligentes que los comunes.

Estudiosos del tema han concluido que los bonobos utilizan el sexo con variados objetivos: para saludarse, para resolver disputas, para hacer las paces tras ellas y, atento todo el mundo, para pagar comida con favores más o menos encendidos. Y esto importando poco el género del favorecido…

A estos asombrosos animales (va resultando casi insultante la palabra, ¿verdad?) se les ha observado realizando verdaderas piruetas sexuales: practican el sexo genital cara a cara (sobre todo entre señoras, pero también entre hombre y mujer y entre dos señores), se dan besos con lengua, e incluso practican el sexo oral. El sexo se ejercita con familiares, amigos e incluso extraños, y en él participan las crías, los ejemplares adultos e incluso los ancianitos. En estos menesteres discriminan poco o nada en razón de edad o de género, y tan sólo una relación les resulta tabú: la de las madres con sus hijos adultos.

Resulta bien curioso que cuando los bonobos hallan una nueva fuente de comida o una zona especialmente pródiga en alimentos, lo primero que hacen es montar una soberana orgía, que alivia tensiones y hace innecesarias y molestas las disputas, para luego dedicarse a comer todos la mar de tranquilos… Porque no fuman, claro.

Los bonobos pasan la prueba del espejo, un experimento en el que se investiga la conciencia que el animal pueda tener de sí mismo, e incluso una pareja de bonobos ha llegado a dominar casi 400 palabras que pueden escribir con un teclado especial adaptado, pudiendo responder a preguntas que se les formula verbalmente. Tan listos son estos chimpancés que algún sesudo estudioso ha hablado de su derecho a la supervivencia y a la vida, derecho hasta ahora sólo reconocido a las personas.

bonobo20mom20and20child Pero, ¡ay!, los bonobos están en peligro de extinción. A los pobres míos la extinción los pillará en el lío, engolfados y felices, sin guerras y sin morales que los aflijan, pero eso sí, compasivos, sensibles, altruistas, pacientes y amables. Algunos achacan esta progresiva extinción a los cazadores furtivos que buscan un alimento cada vez más escaso en el Congo; o también a la reducción de las tierras donde los bonobos pueden vivir, porque cada vez surgen más primos sapiens que huyen de sus propias tierras, y que se oponen a la creación de Parques Naturales cuando ellos no tienen dónde caerse muertos. Pero yo estoy convencido de que el Vaticano tiene algo que ver en esto. Seguro que la Santa Sede tiene allí desplazados a varios cardenales, de estos con pinta de mafiosos sin escrúpulos, y que, trabajando a la sombra, intrigan a favor de la extinción de estos sanos y paradigmáticos animalitos. Y de paso predican a favor de los chimpancés vulgares y los homo sapiens, y de las guerras, y de la castidad, y de la mala leche en general…

(Datos tomados principalmente de Wikipedia)

martes, 14 de abril de 2009

Easter

Domingo… Sevilla

 

Lunes… Sanlúcar de Barrameda

Martes… Zafra

 

Miércoles… La Sauceda, Pico del Aljibe

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Jueves… Sevilla

Viernes… Cazalla de la Sierra

 

Sábado… Sevilla, Matalascañas