viernes, 8 de julio de 2011

Función, misterio, felicidad

Sorolla A veces el caudal de la vida nos arrastra y difícilmente encontramos la superficie donde apoyar con reflexión la pluma. Por la velocidad el paisaje se difumina y sólo cabe garabatear sentimientos intensos sobre el papel clandestino del propio corazón.

A veces el acto se hace con el mando de nuestras vidas, relegando a la mirada y la caricia, y entonces las palabras brotan atropelladas de nuestro tintero, disolviéndose en pensamientos fugaces y una íntima sensación de orfandad.

A veces uno afirmaría que no aprendió nada de la vida, que en determinada fase del viaje es la propia existencia la que lo vive a uno, y no al contrario.

Aunque en el fondo más genuino de nuestra alma permanece ese don humilde de convertir el milagro de nuestras sensaciones en párrafos y estrofas, en sentencias y versos. Y entonces, como una brisa que se levanta tenue en el amanecer, como la hoja marchita que con sus manos invisibles arrastra, comprendemos cuál es nuestra función, cuál el misterio, cuál nuestra felicidad...

espiritudelacolmena

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