En 1910, bajo la dirección del arquitecto Simón Barris, se construyó el Palacio Sánchez Dalp, en la Plaza del Duque de la Victoria, en pleno centro de Sevilla. En ella el arquitecto hizo una mezcla de estilos que culminó en algo que pretendía ser, y con mérito, una muestra del estilo sevillano. Sea como fuere, el resultado fue impresionante, y en su construcción se promovieron oficios artísticos muy arraigados en la ciudad, como el de los yeseros, los cerrajeros, los ceramistas y los decoradores. Así quedó el palacio:
Esta maravilla, junto a otro palacio adyacente, fue derribada y sustituida a mediados de los años sesenta por esto:
El progreso, y la secular suerte que los sevillanos hemos tenido con nuestros ayuntamientos, es lo que tienen…